Perú amaneció con bloqueos de vías y movilizaciones que piden la renuncia de la presidenta a pesar de que el gobierno amplió el estado de emergencia para paliar la severa crisis política y social que vive el país.
El gobierno decretó el estado de emergencia por 30 días en las regiones de Lima, Cusco, Callao y Puno, autorizando a los militares a intervenir junto a la Policía para resguardar el orden público, y suspende varios derechos constitucionales como la libertad de circulación y reunión.
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También extendió el toque de queda en Puno, epicentro de las protestas. La medida regirá por los próximos diez días, desde las 20:00 a las 4:00 horas locales. A pesar de ello, ayer se mantenían más de 100 tramos de carreteras bloqueados por manifestantes en 11 de las 25 regiones peruanas que piden la dimisión de Boluarte, quien asumió la presidencia después de que el Congreso destituyera a Pedro Castillo tras su golpe de Estado fallido.
Las protestas, que dejan al menos 42 muertos en cinco semanas, según la Defensoría del Pueblo, se reiniciaron el 4 de enero después de una tregua por las fiestas de fin de año. Entre las regiones con vías bloqueadas se encontraban Puno, Arequipa y Cusco, informó la Superintendencia de Transporte Terrestre, que añadió que nunca se habían registrado tantos cortes en la actual crisis.
En Arequipa, decenas de pobladores bloqueaban la carretera Panamericana Sur que llega hasta la región de Tacna, fronteriza con Chile. La noche del sábado decenas de manifestantes llegaron al distrito de Miraflores, en Lima, tras partir desde la céntrica plaza San Martín.
En Cusco, el servicio de trenes a la ciudadela inca de Machu Picchu se reanudó tras dos días de paralización. En tanto, con fotografías colocadas en el atrio de la catedral de Lima, ayer se realizó una misa para recordar a las víctimas fallecidas durante las protestas.
“Queremos dedicar esta misa a nuestros fallecidos por mano humana en estos días. Todos son nuestros difuntos, no hay muerto ajeno. Todos somos peruanos”, dijo el arzobispo de Lima, Carlos Castillo. El religioso nombró a cada una de las víctimas civiles y al policía que fue quemado vivo en la ciudad de Juliaca, fronteriza con Bolivia.
La presidenta pidió el viernes perdón por las muertes provocadas por la crisis e instó al Congreso a acelerar los trámites para realizar elecciones anticipadas en abril de 2024. Sin embargo, insistió en que no renunciará. Según una encuesta publicada ayer por la empresa Ipsos, Boluarte tiene 71 por ciento de desaprobación.
El sondeo, con un muestreo de mil 199 personas realizado el 13 enero, indica que 63 por ciento de encuestados cree que las acciones violentas en las regiones están “organizadas por movimientos políticos”.
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Ayer, un centenar de escritores y artistas peruanos exigieron en un pronunciamiento conjunto el “cese inmediato de la matanza” en el país y la renuncia de Boluarte; del primer ministro y del titular del Congreso para convocar “en el más breve plazo a nuevas elecciones generales que garanticen un recambio político”.
El documento, titulado “Ante la sangría que el poder comete actualmente en Perú” y fechado el 10 de enero en Lima, Cuzco, París y Nueva York, lleva la firma de más de cien escritores, poetas, artistas, historiadores, músicos y cineastas.
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