/ lunes 4 de marzo de 2019

Buteflika no suelta poder de Argelia

El polémico mandatario se postula por quinta ocasión, promete nuevas elecciones sin su participación si gana

PARÍS. A pesar de estar convertido en un fantasma ausente y silencioso, y hospitalizado en una clínica suiza desde hace una semana, el presidente argelino Abdelaziz Buteflika —de 82 años— oficializó ayer su candidatura a la reelección para un quinto mandato.

Aunque prácticamente no puede articular una palabra y está confinado a vivir en silla de ruedas por un derrame cerebral que sufrió en 2013, el jefe de Estado anunció en una carta que, si vence las elecciones del 18 de abril próximo, abrirá un proceso de diálogo para reformar la constitución y, luego se retirará del poder.

"Le digo al pueblo que ha empezado un nuevo amanecer", declaró al entregar su candidatura. Su mensaje —leído por una presentadora ante las cámaras de la televisión nacional– fue probablemente enviado desde Suiza, donde se encuentra hospitalizado. El presidente —en el poder desde 1999— es atendido en el sector privado del Hospital Universitario de Ginebra (HUG), en el octavo piso del edificio.

El aspecto más inquietante para el clan familiar reside en que en el mismo hospital también se encuentra ingresado el hermano del presidente, Said Buteflika, que lo remplaza en la penumbra desde que sufrió el accidente cerebral vascular.

Otros seis dirigentes oficializaron su candidatura, entre ellos el exministro de Turismo, Abdelkader Bengrina, presidente del movimiento islamista Al Binaa, y el exgeneral mayor Ali Ghediri, que fue un importante miembro del establishment que gobierna el país desde la independencia, en 1962.

La postulación independiente del alto militar constituye un desafío abierto a la elite de poder, formada por el partido gobernante Frente de Liberación Nacional (FLN), la cúpula militar y los empresarios, hostiles a cualquier candidatura que pueda representar una alternativa.

Tres de los contendientes opositores decidieron boicotear la consulta electoral, decidiento no participar en ella y respaldar en forma más activa las manifestaciones contra la candidatura del presidente. “Nuestro pueblo destruyó el muro de silencio”, aseguró Benflis, que fue primer ministro de Buteflika entre 2000 y 2003. Y señaló: “Mi lugar no es en una competición que el pueblo rechaza”.

Foto: EFE

La oficialización de la candidatura multiplica el riesgo de que la protesta —hasta ahora pacífica— degenere en actos de violencia no solo contra la permanencia de Buteflika en el poder, sino como un cuestionamiento general del régimen que gobierna el país con manos de hierro desde hace 57 años.

CLAN FAMILIAR

Desde que el presidente quedó semiparalizado por el ataque cerebral, el poder en Argelia está en manos del clan formado por los otros tres hermanos Buteflika.

El hombre clave del régimen es Said. Ese profesor de matemáticas de 61 años, está considerado como el Rasputin del régimen que gobierna a la sombra de su hermano mayor. En ausencia de los dos personajes fuertes de la familia, los asuntos corrientes son manejados por sus otros dos hermanos.

Nacer (que en realidad se llama Abderrahim), discreto y elegante, se ocupa del manejo del aparato del Estado. La única mujer, Zhor, es el ángel guardián de la residencia presidencial de Zeralda. No solo se ocupa de la salud del presidente, sino que también oficia como secretaria, maneja su agenda, filtra sus audiencias y transmite sus mensajes e instrucciones a sus aliados y hombres de confianza.

PARÍS. A pesar de estar convertido en un fantasma ausente y silencioso, y hospitalizado en una clínica suiza desde hace una semana, el presidente argelino Abdelaziz Buteflika —de 82 años— oficializó ayer su candidatura a la reelección para un quinto mandato.

Aunque prácticamente no puede articular una palabra y está confinado a vivir en silla de ruedas por un derrame cerebral que sufrió en 2013, el jefe de Estado anunció en una carta que, si vence las elecciones del 18 de abril próximo, abrirá un proceso de diálogo para reformar la constitución y, luego se retirará del poder.

"Le digo al pueblo que ha empezado un nuevo amanecer", declaró al entregar su candidatura. Su mensaje —leído por una presentadora ante las cámaras de la televisión nacional– fue probablemente enviado desde Suiza, donde se encuentra hospitalizado. El presidente —en el poder desde 1999— es atendido en el sector privado del Hospital Universitario de Ginebra (HUG), en el octavo piso del edificio.

El aspecto más inquietante para el clan familiar reside en que en el mismo hospital también se encuentra ingresado el hermano del presidente, Said Buteflika, que lo remplaza en la penumbra desde que sufrió el accidente cerebral vascular.

Otros seis dirigentes oficializaron su candidatura, entre ellos el exministro de Turismo, Abdelkader Bengrina, presidente del movimiento islamista Al Binaa, y el exgeneral mayor Ali Ghediri, que fue un importante miembro del establishment que gobierna el país desde la independencia, en 1962.

La postulación independiente del alto militar constituye un desafío abierto a la elite de poder, formada por el partido gobernante Frente de Liberación Nacional (FLN), la cúpula militar y los empresarios, hostiles a cualquier candidatura que pueda representar una alternativa.

Tres de los contendientes opositores decidieron boicotear la consulta electoral, decidiento no participar en ella y respaldar en forma más activa las manifestaciones contra la candidatura del presidente. “Nuestro pueblo destruyó el muro de silencio”, aseguró Benflis, que fue primer ministro de Buteflika entre 2000 y 2003. Y señaló: “Mi lugar no es en una competición que el pueblo rechaza”.

Foto: EFE

La oficialización de la candidatura multiplica el riesgo de que la protesta —hasta ahora pacífica— degenere en actos de violencia no solo contra la permanencia de Buteflika en el poder, sino como un cuestionamiento general del régimen que gobierna el país con manos de hierro desde hace 57 años.

CLAN FAMILIAR

Desde que el presidente quedó semiparalizado por el ataque cerebral, el poder en Argelia está en manos del clan formado por los otros tres hermanos Buteflika.

El hombre clave del régimen es Said. Ese profesor de matemáticas de 61 años, está considerado como el Rasputin del régimen que gobierna a la sombra de su hermano mayor. En ausencia de los dos personajes fuertes de la familia, los asuntos corrientes son manejados por sus otros dos hermanos.

Nacer (que en realidad se llama Abderrahim), discreto y elegante, se ocupa del manejo del aparato del Estado. La única mujer, Zhor, es el ángel guardián de la residencia presidencial de Zeralda. No solo se ocupa de la salud del presidente, sino que también oficia como secretaria, maneja su agenda, filtra sus audiencias y transmite sus mensajes e instrucciones a sus aliados y hombres de confianza.

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