Segunda y última parte Apunto de que más de 230 millones deestadunidenses mediante el voto decidan el destino de su país porlos próximos cuatro años, México se prepara con diversos planes(uno de emergencia en caso de que el ganador sea el empresario),para el triunfo de cualquiera de los dos candidatos punterosHillary Clinton, del Partido Demócrata y Donald Trump que compitecon las siglas del Partido Republicano.
También buscan la Casa Blanca otros 10 aspirantes, dos de loscuales podrían recibir una buena cantidad de votos: la doctoraJill Stein, del Partido Verde y una vez más el exgobernador deNuevo México, Cary Johnson, del Partido Libertario, quien yahabía buscado tal posición en 2012.
Ambos serán fundamentales en la elección, porque estáncentrados en las masas de los electores descontentos con losgrandes candidatos y en el caso del segundo, de acuerdo a TheHispanic Council, busca obtener el voto de aquellos republicanosque no quieran sufragar por Trump.
Los aspirantes a la vicepresidencia son importantes, aunqueahora se hayan visto opacados por los dimes y diretes entre Hillaryy Trump.
Ella escogió como mancuerna a Tim Caine, cuya trayectoria eslarga: fue alcalde de Richmond, Virginia; vicegobernador yposteriormente gobernador de ese mismo Estado, congresista yactualmente senador.
El empresario eligió a Mike Pence, comentarista de radio ytelevisión, congresista y gobernador de Indiana.
A su vez, Jill Stein decidió por Ajamu Baraka, un activista yprofesor del Distrito de Columbia, mientras que Gary Johnson, vacon el exgobernador de Massachusetts, William Weld, como sucompañero de fórmula para la vicepresidencia.
En cuanto a los candidatos punteros, Hillary llega al día de laelección con acusaciones poco claras realizadas por el titular delFBI sobre el envío presuntamente ilegal de otros correos cuandoera secretaria de Estado, y Trump arriba vulnerado tras el rechazode buena parte del establishment del Partido Republicano y losefectos del tercer debate que lo dejaron muy por debajo de losporcentajes a favor obtenidos por la demócrata.
Señaló Notimex hace unos días que Mark DiCamillo, director deun trabajo realizado por The Field Poll y el Instituto de EstudiosGubernamentales de la UC Berkeley, que “la campaña de este añotermina como empezó, con proporciones inusualmente grandes devotantes viendo a ambos candidatos negativamente”.
El asunto es que dos de tres votantes probables en California(65 por ciento), por ejemplo, concluyen la campaña presidencialcon una opinión desfavorable de Trump, la mayoría de los cuales(56 por ciento) lo ven muy desfavorablemente.
Pero Hillary no canta mal las rancheras. Su también es másnegativa que positiva, con un 51 por ciento observándolanegativamente, 40 por ciento de los cuales tienen una opinión muydesfavorable.
Por lo tanto, tiene razón la canciller Claudia Ruiz Massieu alseñalar que resulta impredecible señalar a uno de los punteroscomo ganador.
Mejor, porque el Ministerio de Asuntos Exteriores y deCooperación del vecino país ha puntualizado:
“Con el presidente Peña Nieto, México ha seguido cooperandoestrechamente con EU en la lucha contra el narcotráfico. El saldoacumulado de las cantidades asignadas por el Congreso a laIniciativa Mérida (IM) desde su inicio en 2006 asciende a algomás de 2 mil millones de pesos. Es preciso mencionar asimismo lasperspectivas abiertas con la reforma constitucional del sectorenergético, impulsada de forma decisiva por Peña Nieto, con losconsiguientes pasos hacia la liberalización de los mercados de laelectricidad, el gas y el petróleo, y la apertura a la inversiónprivada nacional e internacional”.
Como fuere de todos modos muchos hispanos están a un tris deacudir a las urnas. Una buena parte ejercerán su derecho en lostres estados de Estados Unidos que tienen un mayor número dehispanos residentes. La mencionada California (14.7 millones),Texas (10.1 millones) y Florida (4.6 millones). Los tres estadoscon una menor población hispana son Maine (17 mil), Dakota delNorte (16 mil) y Vermont (9 mil).
Hay que hacer notar que de los 53 millones 964 mil 235 hispanosque residen en el vecino país, 64 por ciento son de origenmexicano, siendo éste el más representativo. Sin embargo, entrelos orígenes que cuentan con más de un millón de personas son:los portorriqueños (9.5 por ciento); cubanos, 3.7 por ciento; unporcentaje igual son de origen salvadoreño; 3.3 por cientodominicanos; 3.1 por ciento son de algún otro origen español,hispano o latino; 2.4 por ciento son guatemaltecos; 2 por cientoson de origen colombiano. REPERCUSIONES PARA MÉXICO
En el caso de los planes especiales que son preparados enMéxico con motivo del futuro cambio de Gobierno en Estados Unidos,varios de éstos tienen que ver con el programa que llevaría acabo en los primeros cien días de su gobierno insistentementeanunciado por el magnate: la promoción de la derogación deldenominado Obamacare; la inmediata implementación de sanciones decárcel inmediatas para inmigrantes no autorizados que reingresen aEstados Unidos después de haber sido deportados; cancelar todo elfinanciamiento dedicado a los programas de combate al cambioclimático de la ONU; retiró de su país del Acuerdo deAsociación Transpacífico; y lanzar la convocatoria a renegociaral Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) signadocon México y Canadá.
(Como se sabe, el Tratado de Asociación Transpacífico es unacuerdo con el que 12 países de la región Asia-Pacíficomodernizarán las reglas del comercio mundial para abrir nuevasoportunidades de negocios, inversión y empleo. Los países queconforman este acuerdo son: Estados Unidos, México, Australia,Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Japón, Malasia, NuevaZelandia, Perú, Singapur y Vietnam).
El eco que han tenido sus planteamientos se explica, “por unaprofunda reconfiguración al interior del Partido Republicano,misma que incluye surgimiento de una nueva coaliciónpredominantemente blanca, de bajos ingresos, baja escolaridad, mássecularizada, antiglobalización, anti-inmigrante yantiestablishment”, ha dicho Carlos Bravo Regidor, del CIDE, antesenadores. Además, precisó que se trata de “una coalición conmuchas características propias del populismo de derecha”.
Y después de ilustrar con gráficas su trabajo “Donald Trumpy México Conmoción, coalición, contexto y cuestionamientos”,expuso que en la última década “las tendencias en la opiniónpública nos muestran la crueldad de un amor no correspondido: losmexicanos nos estamos volviendo más proestadunidenses, pero losestadunidenses se están volviendo más antimexicanos”, deacuerdo con el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de laRepública.
También, menciona que el deterioro de la imagen de México enEstados Unidos no es solamente un problema de “relacionespúblicas”.
Concluye, por ejemplo: “Trump es un problema en sí mismo,pero también es el síntoma de un problema más grande”.
Dice, además: “Lo más probable es que Trump pierda (por lapopularidad de Obama, el desempeño de la economía, la demografíadel electorado) pero el fenómeno político que representa no va adesaparecer”.
LOS ESCENARIOS PARA MÉXICO
Un análisis realizado por Luís Rubio, del think thank Centrode Investigación para el Desarrollo, A.C (Cidac) (cidac.org.)señala sobre la elección en puerta y nuestro país, señala entreotras cuestiones:
“Hay dos escenarios postelectorales para nosotros y ambos soncomplejos. En primer lugar, se encuentra la posibilidad de que ganeel señor Trump: este es el escenario menos deseable desde laperspectiva mexicana por la simple razón de que entraña unaenorme incertidumbre, misma que se agrava por la personalidadexplosiva e impulsiva del personaje. El principal riesgo de unposible triunfo de Trump radica en las acciones queindividualmente, en su calidad de jefe del ejecutivo, pudiesetomar, particularmente respecto al TLC. De ganar Trump y no actuarimpulsivamente en esa materia, entraríamos en un periodo deincertidumbre que probablemente entrañaría extensas negociacionesdentro de Estados Unidos y, en un segundo plano, en materiabilateral, sobre los pasos a seguir.
“El segundo escenario, el del triunfo de Clinton, aunque másbenigno, no estaría ausente de riesgos y complicaciones. Clintonno ha encabezado una campaña propositiva, lo que le negaría loque los estadunidenses denominan como un “mandato”. Encontraste con Trump, su campaña ha sido más bien obscura ydefensiva por lo que no tendría un proyecto distinto al de Obamay, en ese sentido, se convertiría en un tercer periodopresidencial, similar a como ocurrió con Bush padre en 1988.Clinton tiene una larga experiencia con México y entiende lacomplejidad de la relación, por lo que no habría que esperarmayores aspavientos, excepto su obvio deseo por penalizar alGobierno de Peña por la invitación a Trump.
“El mayor riesgo de un Gobierno de Clinton radicaría no enella misma sino en el Poder Legislativo: de ganar control delSenado y, en una de esas, del Congreso, Clinton quedaría en manosde legisladores activistas decididos a regular lo financiero,laboral y comercial, mucho de ello con severas consecuencias parael TLC. Por el lado más benigno, bajo este escenario seríaconcebible que prosperara una iniciativa de reformamigratoria”.