El intento de Golpe de Estado de Pedro Castillo en Perú fue una profecía que se cumplió, pues desde un principio la derecha pregonó la idea de que representaba una izquierda totalitaria, afirmó el historiador peruano Jorge Bayona.
El miércoles 7 de diciembre, Castillo anunció la disolución del Congreso y la formación de un gobierno de excepción para sortear un juicio político en su contra, pero la mayoría de su Ejecutivo y las Fuerzas Armadas le dieron la espalda, el Congreso lo destituyó y la Fiscalía lo arrestó por intento de golpe de Estado.
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En entrevista para El Sol de México, Jorge Bayona, historiador por la Pontificia Universidad Católica del Perú, nos explica los factores que causaron la caída política de Pedro Castillo.
El “dictador incompetente”
“La situación se remonta al primer día de Castillo (como presidente) o incluso antes, estamos en un escenario en el cual hay fuerzas conservadoras que desde el primer momento en el que apareció Castillo le declararon la guerra”, señala Jorge Bayona, también doctor en Historia por la Universidad de Washington, en Seattle.
Castillo era calificado de comunista, aliado de la KGB, se le acusaba de perseguir un control completo, pero también, paradójicamente, era un incompetente completo, indica Bayona.
“Desde el primer momento ya hubo acusaciones de fraude, de que la elección de Castillo fue ilegítima”, agrega.
“En buena medida, este intento de golpe de estado fue una profecía que se ha terminado cumpliendo, ya que en un inicio la derecha movilizó la idea de que Pedro Castillo representaba una izquierda totalitaria, que iba a tomar el control del país y que no lo iba a dejar nunca”, menciona el historiador peruano.
Un Congreso dividido
El doctor Jorge Bayona explica que el Congreso de Perú tiene representación tanto de izquierda como de derecha, pero en buena medida quienes han encabezado la lucha contra Castillo fueron las fuerzas conservadoras.
Además, "la izquierda de Pedro Castillo se fue partiendo a lo largo de estos 16 meses, si bien empezaron con una sólida representación, ésta se fue atomizando”.
Otro factor importante es la alianza que existe en el Congreso, una "alianza de odio", como la nombra Bayona, en la que los sectores conservadores y de la izquierda más progresista se unen en contra de una izquierda “caviar”, llamada así porque está integrada por la clase media, intelectual y que está peleada con una izquierda más popular como la que representaba Castillo y sus aliados.
Inestabilidad en perspectiva
La destitución no ha sido un hecho aislado, lo sucedido con Castillo evidencia una fricción entre congresistas y falta de consenso para un proyecto gobierno que atienda las necesidades del Perú.
“Al menos del 2000 al 2016 hubo una relativa estabilidad política, en la medida en que una presidente elegido democráticamente le pasaba el poder al otro, es decir, hubo varias decisiones ordenadas”, menciona.
“Hay que agregar que en buena medida estos gobiernos mantuvieron, con algunos matices, un modelo económico que ha dejado fuera grandes sectores de la sociedad y han tendido a buscar un candidato antisistema, que prometiera cambiar el sistema económico, que resolviera el tema de la desigualdad, la discriminación”, agrega.
“Es cierto también que la gente ha votado por candidatos de izquierda y éstos, ya entrando a la presidencia, se acomodaron al sistema. Es decir, si bien ha existido una estabilidad política, también hay una desazón por la situación el país. Existe un sector que quiere un cambio, pero también hay otro grupo que quiere mantener el sistema económico tal y como está”, remata el historiador.
Factores históricos
El historiador peruano explica que hay diversos factores históricos que se añaden al desprecio por Castillo.
“Entre los factores históricos están elementos racistas y clasistas que han tenido un historial bastante largo en la historia peruana, de tal manera que Castillo era visto, en el discurso abierto, como un comunista, un Stalin en potencia, lo cual era falso. Él no tenía capacidad de liderazgo; sin embargo, se contradicen las ideas de los conservadores que por un lado lo llamaban -genio comunista- y por otro, su golpe de estado evidenció su imprudencia", remarca Bayona.
El académico de la Universidad de Washington apunta a que el sector conservador se cuidó de no evidenciar su desprecio hacia Castillo “por ser campesino”, pero era evidente el desprecio. En redes sociales conservadoras como era evidente la circulación de memes clasistas sobre el origen de Castillo.
"Era un campesino de la Sierra, por lo que era visto como menos y, por tanto, era alguien que no merecía estar en la Presidencia. Sin duda, el racismo era un factor muy importante para entender el desprecio de la oposición hacia Castillo”, dice.
Relaciones con Latinoamérica
Ahora las relaciones con los países de la región dependen de Dina Boluarte, una abogada proveniente de Apurímac, una zona del sur del país históricamente pobre y que usualmente vota por la izquierda.
“Los sectores más recalcitrantes ya están exigiendo que ella renuncie también, y que el poder pase al presidente del Congreso, que pertenece al sector más conservador del Perú, con lo cual el país giraría a un derecha bastante reaccionaria”, advierte.
“Boluarte ha juramentado y aseguró que permanecerá los cinco años en el poder. A primera impresión y, es una completa especulación, es que ella tratará de hacer un gobierno provisional, en que tendrá una suerte de centroizquierda, pero funcionalmente centro, donde las expresiones simbólicas sean de izquierda, pero que el modelo económico no va a cambiar, nominalmente estará alineada con los demás presidentes de izquierda, pero grandes reformas no ocurrirán en estos próximos años”.
¿Qué quedará de Pedro Castillo?
Para Bayona, Pedro Castillo pasará desapercibido en la historia de Perú, será un personaje más de una larga lista de destituciones por parte de un Congreso que parece no ceder en su lucha constante por el poder.
“La impresión que tengo es que su gobierno fue tan lleno de idas y venidas, de tanteos, que todo su gobierno fue como su golpe de estado, improvisado", asevera.
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"Es difícil que su imagen canalice a la izquierda, a diferencia de Lula da Silva, a mí se me hace difícil imaginar un escenario donde un personaje tan gris como Castillo pueda capitalizar en su tiempo de cárcel como un mártir, no veo un escenario donde eso ocurra”, finaliza el historiador peruano Jorge Bayona.