/ lunes 19 de agosto de 2024

De fiscal a candidata presidencial, Kamala Harris ha sido pionera toda su carrera política

La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos ha estado rodeada de hitos durante su vida personal y profesional

Kamala Harris ha estado rodeada de hitos durante su vida profesional que la han colocado como la primera mujer candidata demócrata de color para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Harris se convirtió en la primera mujer elegida fiscal del distrito de San Francisco (2004) y también fue la primera mujer fiscal general de California (2010), además de ser la primera mujer de color elegida para el Senado estadounidense por Califonia.

Te puede interesar: Equipo de campaña de Kamala Harris dice que fue blanco de hackers extranjeros

Su lista como pionera en puestos políticos como mujer se extendió al ser elegida la primera vicepresidenta de EU.

Nacida el 20 de octubre de 1964, la vida política de Harris se ha rodeado de luchas a favor del aborto y de la igualdad de género, aunque también ha sido criticada por su pasado como fiscal al ensañarse en los delitos menores, sobre todo con la población afrodescendiente de California.

Sin embargo, su nacimiento y vida están enmarcados por una historia vinculada a la migración. Su padre Donald, J. Harris, migrante de Jamaica, egresó como economista de la Universidad de Stanford, y su madre, Shamala Gopalan, era científica especializada en oncología, quien llegó de India a los 19 años.

Sus padres tuvieron una amplía trayectoria en movimientos por los derechos civiles y le inculcaron a Kamala desde niña el compromiso por crear coaliciones sólidas que lucharán por los derechos y libertades de la gente.

Con el apoyo de sus padres, que se separaron cuando Harris tenía siete años, formó una faceta profesional amplia, ya que se licenció por la Universidad de Howard en 1986 y cuenta con un doctorado en Derecho por la Escuela de Derecho de Hastings de la Universidad de California en 1989.

Su experiencia en justicia penal puede ayudar a su campaña y -en caso de ganar la Presidencia- a su gobierno para abordar cuestiones de igualdad racial y sobre la policía después de las protestas que sacudieron al EU desde el año 2020.

Como fiscal de distrito de San Francisco, contribuyó a movimientos por los derechos de la comunidad LGBTQ+ y ofició la primera boda entre personas del mismo sexo tras la anulación de una ley que restringía esas uniones.

Previo a la elección como presidente de Joe Biden y durante su gestión como vicepresidenta, las acusaciones de los progresistas de que Harris no hizo lo suficiente para investigar los tiroteos de la policía y los casos de condenas injustas cuando era fiscal de California ayudaron a manchar su imagen respecto a su lucha racial.

Como única mujer negra del Senado, en 2020, Harris surgió como una voz prominente en materia de justicia racial y reforma policial después de que la policía de Minneapolis matara al afroamericano George Floyd en mayo de ese año. Participó en las protestas en las calles de Washington y se ganó a algunos progresistas escépticos.

Ahora, la consagración de Harris como candidata del Partido Demócrata el jueves en Chicago será el corolario de un mes único en la historia política estadounidense, que dio un giro de 180 grados a la campaña presidencial.

El 21 de julio de 2024, el presidente Joe Biden anunció que se retiraba de la carrera por la Casa Blanca, cediendo así a la presión de sus pares que consideraban que su candidatura a un segundo mandato era demasiado riesgosa para el partido en el gobierno, tras un calamitoso debate ante Trump, que arrojó dudas sobre su estado de salud.

La noticia se convirtió en una bomba que eclipsó el hecho del momento: la tentativa de asesinato contra Donald Trump apenas una semana antes.

Ese mismo día, Biden, de 81 años, anuncia su apoyo a Harris, de 59, para ser la nueva postulante.

Desde Washington, la vicepresidenta saludó inmediatamente “el acto desinteresado y patriótico” del presidente y se comprometió a pelear para derrotar a Trump el 5 de noviembre.

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Después del jueves, y con el progresista Tim Walz, de 60 años, como su compañero de fórmula, Harris tendrá dos meses para convencer a los estadounidenses de la solidez de su candidatura. Y competir con un candidato dispuesto a la batalla.

Como pionera a lo largo de toda su carrera, la vicepresidenta se ha comprometido a cumplir el consejo de su madre: “Kamala, puede que seas la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última”.

Kamala Harris ha estado rodeada de hitos durante su vida profesional que la han colocado como la primera mujer candidata demócrata de color para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Harris se convirtió en la primera mujer elegida fiscal del distrito de San Francisco (2004) y también fue la primera mujer fiscal general de California (2010), además de ser la primera mujer de color elegida para el Senado estadounidense por Califonia.

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Su lista como pionera en puestos políticos como mujer se extendió al ser elegida la primera vicepresidenta de EU.

Nacida el 20 de octubre de 1964, la vida política de Harris se ha rodeado de luchas a favor del aborto y de la igualdad de género, aunque también ha sido criticada por su pasado como fiscal al ensañarse en los delitos menores, sobre todo con la población afrodescendiente de California.

Sin embargo, su nacimiento y vida están enmarcados por una historia vinculada a la migración. Su padre Donald, J. Harris, migrante de Jamaica, egresó como economista de la Universidad de Stanford, y su madre, Shamala Gopalan, era científica especializada en oncología, quien llegó de India a los 19 años.

Sus padres tuvieron una amplía trayectoria en movimientos por los derechos civiles y le inculcaron a Kamala desde niña el compromiso por crear coaliciones sólidas que lucharán por los derechos y libertades de la gente.

Con el apoyo de sus padres, que se separaron cuando Harris tenía siete años, formó una faceta profesional amplia, ya que se licenció por la Universidad de Howard en 1986 y cuenta con un doctorado en Derecho por la Escuela de Derecho de Hastings de la Universidad de California en 1989.

Su experiencia en justicia penal puede ayudar a su campaña y -en caso de ganar la Presidencia- a su gobierno para abordar cuestiones de igualdad racial y sobre la policía después de las protestas que sacudieron al EU desde el año 2020.

Como fiscal de distrito de San Francisco, contribuyó a movimientos por los derechos de la comunidad LGBTQ+ y ofició la primera boda entre personas del mismo sexo tras la anulación de una ley que restringía esas uniones.

Previo a la elección como presidente de Joe Biden y durante su gestión como vicepresidenta, las acusaciones de los progresistas de que Harris no hizo lo suficiente para investigar los tiroteos de la policía y los casos de condenas injustas cuando era fiscal de California ayudaron a manchar su imagen respecto a su lucha racial.

Como única mujer negra del Senado, en 2020, Harris surgió como una voz prominente en materia de justicia racial y reforma policial después de que la policía de Minneapolis matara al afroamericano George Floyd en mayo de ese año. Participó en las protestas en las calles de Washington y se ganó a algunos progresistas escépticos.

Ahora, la consagración de Harris como candidata del Partido Demócrata el jueves en Chicago será el corolario de un mes único en la historia política estadounidense, que dio un giro de 180 grados a la campaña presidencial.

El 21 de julio de 2024, el presidente Joe Biden anunció que se retiraba de la carrera por la Casa Blanca, cediendo así a la presión de sus pares que consideraban que su candidatura a un segundo mandato era demasiado riesgosa para el partido en el gobierno, tras un calamitoso debate ante Trump, que arrojó dudas sobre su estado de salud.

La noticia se convirtió en una bomba que eclipsó el hecho del momento: la tentativa de asesinato contra Donald Trump apenas una semana antes.

Ese mismo día, Biden, de 81 años, anuncia su apoyo a Harris, de 59, para ser la nueva postulante.

Desde Washington, la vicepresidenta saludó inmediatamente “el acto desinteresado y patriótico” del presidente y se comprometió a pelear para derrotar a Trump el 5 de noviembre.

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Después del jueves, y con el progresista Tim Walz, de 60 años, como su compañero de fórmula, Harris tendrá dos meses para convencer a los estadounidenses de la solidez de su candidatura. Y competir con un candidato dispuesto a la batalla.

Como pionera a lo largo de toda su carrera, la vicepresidenta se ha comprometido a cumplir el consejo de su madre: “Kamala, puede que seas la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última”.