Desde marzo de este año, el gobierno del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha enfrascado en una controversial batalla contra las pandillas bajo un régimen de excepción que a día de hoy ha dejado más de 76 mil presuntos pandilleros.
Estas medidas han sido cuestionadas por diferentes organismos humanitarios por violar derechos de las personas detenidas, lo cual no ha evitado que las autoridades realicen distintas acciones contra miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) y el Barrio 18.
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Una de estas fue la decisión que tomó el gobierno y anunció el viceministro de Justicia de El Salvador, Osiris Luna, en donde iniciaron la destrucción de tumbas de supuestos pandilleros que tienen imágenes o símbolos relacionados con esas estructuras delictivas
En las vísperas del Día de los Fieles Difuntos, como se le conoce en El Salvador, los reos en fase de confianza de la Dirección General de Centros Penales procedieron a destruir las tumbas que glorificaban a presuntos miembros de las bandas delictivas.
"Los terroristas ‘honraban’ y colocaban flores a sus integrantes, en el cementerio de Santa Tecla. Ningún terrorista merece ningún reconocimiento, por eso destruimos todo rastro de estos grupos.
De acuerdo con el Director de Centros Penales, estas acciones buscan que las personas fallecidas pertenecientes a una pandilla no obtengan ningún reconocimiento por parte de los integrantes de la misma estructura delincuencial.
Según las autoridades, los restos de los fallecidos continuarán en el mismo lugar. Sin embargo, los familiares ya no podrán colocar ningún mensaje o imagen relacionada con maras o pandillas.
En este país, las pandillas ya no tienen cabidaOsiris Luna Meza, Director de Centros Penales
Este tipo de acciones se suman al borrado de grafitis para evitar, de acuerdo con el gobierno, que las pandillas pinten mensajes que generen temor entre la población.
Estas son las cifras de la caza de pandilleros
El gobierno de Bukele está cerca de completar la detención de los 76 mil pandilleros fichados por la policía. Antes del régimen de excepción ya estaban encarcelados 16 mil.
De los 55 mil 630 detenidos, según la Policía, el 85% son hombres y el 15% mujeres. La mayoría de los detenidos (69,1%) son acusados de pertenecer a la MS-13, la pandilla de mayor presencia en el país. Luego están los señalados de integrar dos facciones de Barrio 18: Sureños (17,6%) y Revolucionarios (12,5%). El resto son de bandas minoritarias.
Pero según el analista y vicerrector de la Universidad Luterana Salvadoreña (ULS), Dagoberto Gutiérrez, "el éxito no está en las personas detenidas, sino de la forma y calidad de las medidas políticas y económicas en el terreno social, que permitan evitar la reproducción del fenómeno pandilleril".
Cada pandillero tiene una familia que "vivía de la renta (extorsión) total o parcialmente, pero que hoy no tiene ingresos", subrayó.
Para el director de Centros Penales, Osiris Luna, reinsertar a la sociedad a pandilleros que haya "matado", es algo que "jamás" se va a poder lograr.
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Para albergar a unos 40 mil detenidos, el gobierno construye una gigantesca cárcel en Tecoluca, en el centro del país.
Con información de EFE y AFP