PARÍS. Más de 250 personas fueron detenidas ayer en los violentos disturbios que estallaron en París durante las manifestaciones del Primero de Mayo, que se caracterizaron por una alianza de los sectores más ultras de los chalecos amarillos con mil 500 a 2 mil militantes del movimiento black bloc llegados de otros países europeos.
Los principales enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, que se prolongaron durante más de tres horas, se produjeron en el Boulevard Montparnasse, en las cercanía de la Plaza de Italia y a lo largo del Boulevard de l’Hopital. Toda esa zona fue, precisamente, donde el año pasado se habían producido disturbios de extrema gravedad e incendios de numerosos negocios.
Este año, ante la amenaza de que se reprodujeran esos episodios, el ministerio del Interior desplegó 7 mil 400 policías, gendarmes y fuerzas anti motines. El blindaje de la capital comenzó con el cierre de puntos neurálgicos de la capital, como la avenida de los Campos Elíseos, el palacio presidencial y la zona de ministerios, al igual que las estaciones ferroviarias y las vías de acceso a París. El operativo permitió controlar preventivamente a unas 17 mil 700 personas e incautar gran cantidad de máscaras antigas, artefactos incendiarios, combustible y elementos contundentes utilizados como armas, así como prendas para cambiar las apariencias.
Los desfiles de ayer en Francia por el Día del Trabajo movilizaron unas 165 mil personas en toda Francia, según el ministerio del Interior, mientras que la central obrera CGT calculó la participación en 310 mil manifestantes. Sobre ese total, la concentración de París reunió entre 25 mil a 35 mil personas. En el resto del país también hubo marchas en Lyon, Marsella, Nantes, Montpellier, Besançon, Estrasburgo, Lille, Dijon, Saint-Etienne y Toulouse, pero todas se realizaron en forma pacífica.
La marcha de París debía reunir las columnas organizadas por las centrales sindicales y los chalecos amarillos. Esa manifestación, sin embargo, fue perturbada por la aparición de los sectores más radicalizados -conocidos como los ultra amarillos-, grupos del movimiento anti-sistema black bloc y bandas incontroladas proclives al vandalismo y el pillaje.
Numerosos activistas de los black bloc llegaron en las últimas 48 horas del extranjero. A título de prueba, las fuerzas del orden afirmaron haber detenido a tres españoles que, al parecer, transportaban un arsenal rudimentario.
En un momento de la manifestación, los grupos más violentos lograron abrir una brecha entre los chalecos amarillos y la columna sindical a fin de crear un foco insurreccional en medio de la columna. Los grupos anti-motines emplearon gases lacrimógenos y cargaron contra los elementos radicales que se habían infiltrado entre los manifestantes.
Philippe Martinez, líder de la central CGT (Confederación General del Trabajo), debió ser extraído aparentemente sofocado. Pocos minutos, en rueda de prensa, denunció la “violencia increíble” de la policía. La columna sindical se retiró finalmente de la manifestación para no verse mezclada en los disturbios.
Los incidentes provocaron en total 30 heridos entre los manifestantes y 5 entre los policías.