CIUDAD DEL VATIANO. Permanece el escepticismo. El papa Francisco sigue sin reconocer la veracidad de las apariciones de la Virgen de Medjugorje, localidad de Bosnia- Herzegovina. Sin embargo, decidió autorizar oficialmente que la Iglesia organice las multitudinarias peregrinaciones que desde el 24 de mayo de 1981 se realizan al santuario, después de que seis menores, de entre 10 y 17 años, afirmaron que la Virgen María con el Niño Jesús en brazos se les había aparecido.
El anuncio fue dado conjuntamente por el vocero interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, y el arzobispo polaco Henryk Hoser, delegado pontificio para indagar en Medjugorge sobre las supuestas apariciones, así como la situación desde el punto de vista económico.
En 2010, Benedicto XVI creó una comisión para analizar el fenómeno, confirmada por el pontífice argentino, el cual, regresando de su visita a Bosnia-Herzegovina en 2015, dijo que una decisión acerca del que definió “el problema de Medjugorge” habría sido tomada.
Esta decisión no ha llegado, abriendo espacio al escepticismo. Por su parte, el Papa nunca ha escondido sus dudas. Al contrario. Lo confirmó él mismo en 2017, a su regreso de Fátima, Portugal, cuando dijo: “Yo prefiero a la Virgen madre y no a la que parece jefe de una oficina de telégrafos y manda mensajes todos los días; esta no es la madre de Jesús”. Esto irritó a quienes están convencidos de la veracidad de las las apariciones.