- Resalta Hollande avances en la lucha
PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- Hay un nexo evidente entre elatentado del sábado, en Estambul y la visita del presidentefrancés François Hollande al frente de operaciones en Irak: lapróxima caída del bastión de Raqqa y la derrota del grupoyihadista Estado Islámico (EI).
El ataque de Nochevieja en una discoteca en Estambul, queprovocó 39 muertos, es una clara represalia por la participacióndirecta de Turquía en la guerra civil siria, como reconoció elgrupo terrorista en la reivindicación que difundió ayer, através de sus canales oficiales de propaganda. La réplica del EIatañe tanto al cierre de las fronteras entre Siria y Turquía -queestá asfixiando a las fuerzas yihadistas-, como a los bombardeosturcos, así como a la participación del presidente Recep TayyipErdogan en la tregua impuesta a la guerra civil siria en alianzacon Rusia e Irán.
Para el “Estado islámico” creado por el califa Abu Bakr alBaghdadi, esa troika representa una hidra diabólica de trescabezas. El presidente ruso Vladimir Putin es un enemigo acérrimode los islamistas, primero en las repúblicas musulmanas de la exURSS y desde octubre de 2015, en apoyo del régimen de Bachar alAssad contra los bastiones yihadistas en Siria. Irán -con susGuardianes de la Revolución y sus milicias chiitas encabezadas porel Hezbolá-, fue el principal enemigo militar y religioso del EIsunita. Erdogan, que había sido un aliado al Baghdadi contra elenemigo común Assad, dio un giro de 180 grados hace algunos mesesa fin de aliarse con Putin para repartirse los despojos de Siria ytratar de imponer un nuevo orden geopolítico en la región.
En ese marco, el atentado de Estambul es un ataque contra elmiembro más frágil de la troika y el único -acaso– que puedeser desestabilizado por una serie de conmociones en cadena. Alreaccionar de esa forma, el grupo yihadista puso en evidencia almismo tiempo su extrema debilidad.
Actualmente, el EI ha logrado mantener su posición militar enla ciudad de Mosul, a pesar de la ofensiva lanzada el 17 de octubrepor la coalición anti-yihadista formada por las fuerzas chiitas deIrak, los peshmergas kurdos, algunos efectivos de élite turcos,varias decenas de consejeros franceses y norteamericanos y losaviones de la coalición internacional. El avance de la coaliciónse realiza a un ritmo mucho más lento de lo previsto por la tenazresistencia que oponen los yihadistas, pero también porque hancomenzado a usar a la población como escudos humanos. Pese a todo,la frágil situación del EI no podrá resistir la segunda parte dela ofensiva que acaba de comenzar.
En forma simultánea, los kurdos rodearon Raqqa a fin depreparar el asalto final de la “capital” simbólica delcalifato, que comenzará apenas termine el ataque contra Mosul.
Esas dos ciudades, más algunas pequeñas localidades aisladasen Siria son las últimas posiciones que le quedan al EI. El grupoyihadista incluso parece haber perdido definitivamente Libia, dondeen su mejor momento había llegado a implantar entre dos mil a tresmil combatientes sobre una franja costera de 250 km de largo y 50km de profundidad en torno de la ciudad de Sirte, más otrosbolsones ubicados en las inmediaciones de Trípoli, Sabratah,Bengasi y Derna, a orillas del Mediterráneo, así como en Sebba,en el centro del país. El último bastión de Sirte cayó aprincipios de diciembre, pero ese acontecimiento no llegó a trepara los titulares de prensa y pasó casi inadvertido.
Ese panorama demuestra que el sueño del “califato” deBaghdadi entró en su fase crepuscular. Hollande lo dijo claramenteayer durante sus visitas al frente de operaciones cerca de Mosul:“En la batalla de Mosul la victoria está cerca. Es una cuestiónde semanas”, aseguró. Luego, en un plano más general, no dudóen afirmar que “2017 será el año de la victoria contra elterrorismo”.
Esa profecía tiene grandes posibilidades de cumplirse.Militarmente, el EI está al borde de la derrota, pero no esimposible que su derrumbe se produzca en medio de un cataclismo desangre y destrucción, como ocurrió con el régimen nazi en 1945.Aun así, esa hecatombe no pondrá término a la amenaza terroristaen el exterior.
El precedente de la resistencia palestina está aún vivo pararecordar que la capitulación militar dio origen a una legión degrupúsculos de terroristas fanáticos que continuaron asolando elmundo durante años.