- El candidato de extrema derecha, Geert Wilders, espera provocaren la elección del miércoles próximo una nueva conmocióninternacional
PARÍS, Francia. (OEM-Informex)– La “Guía del pesimismopara 2017”, publicada por la agencia de noticias Bloomberg,predice que Holanda es el país donde comenzará la ola devictorias de los populistas europeos que predican un refuerzo delas fronteras, el abandono del euro e incluso la ruptura con laUnión Europea (UE). Pero los sondeos y la experiencia históricatienden a demostrar que esa predicción no es segura, aun cuando enlos últimos meses el mundo comprendió que todo lo impensablepodía ocurrir.
Tras el terremoto del Brexit y la sorpresiva victoria de DonaldTrump, el candidato de extrema derecha populista Geert Wildersespera provocar, el miércoles próximo, una nueva conmocióninternacional, llevando al poder un partido sin programa, pero queha sabido explotar el miedo de los holandeses con un discursoantieuropeo, xenófobo, racista, anti-islámico yproteccionista.
La importancia de la elección legislativa del 15 de marzoreside en que los resultados que obtenga Wilders pueden tener unfuerte impacto en los comicios de abril y mayo en Francia y deseptiembre en Alemania.
En uno de los países más opulentos de Europa, la campañaestuvo dominada por el miedo, el descontento y la ira de losholandeses contra una clase dirigente acusada de haber capituladoante la inmigración y las actitudes políticamente correctasfrente a la expansión del islam en la vida cotidiana.
Montado en esa ola de furor, el Partido por la Libertad (PVV) deWilders se aprestaba a explotar en las urnas los resultados de esasensación de inseguridad. Pero esa tendencia parece haberseinvertido en los últimos días, cuando el Partido Popular yDemócrata (VVD) del primer ministro Mark Rutte pasó a encabezarlos sondeos con 26 diputados contra 23 del PVV en una cámara de150 escaños.
Aunque el PVV llegue primero no significa que vaya a podergobernar, ni que consiga imponer reformas radicales a losholandeses. A menos que obtenga la mayoría absoluta, para llegaral poder tendrá obligatoriamente que formar una coalición conotros partidos.
En este momento, ninguno está dispuesto a trabajar con Wilders.En esas condiciones, como ya sucedió una vez en 2012, el líder dela extrema derecha holandesa tendrá que conformarse con seguirvociferando su populismo desde la oposición.
Las cifras coincidentes que arrojan los sondeo de la cadenapública NOS y del instituto Peil.nl muestran que las próximaselecciones, en todo caso, producirán una profunda transformaciónde los equilibrios políticos del país: el PVV de Wildersduplicará su fuerza actual en la Segunda Cámara (diputados), elpartido de Rutte pasará de 41 a 26 diputados y lossocial-demócratas perderán 26 escaños para conservar apenas 12,mientras que los ecologistas pasarán de cuatro a 16 curules.
Cualquiera sea el resultado final, Wilders ya ganó la batallade los cerebros, pues consiguió imponer sus temas no solo en lacampaña electoral, sino en las entrañas del país. El propioprimer ministro Mark Rutte tuvo que inclinarse ante la realidad ypedirles a las comunidades de inmigrantes que “cumplan con lasnormas holandesas”. El clima político actual en Europa tampococontribuyó a serenar los espíritus. En lugar de hablar deeconomía, trabajo o condiciones sociales, los temas dominantes delos debates fueron la inmigración, el multiculturalismo, laglobalización, la soberanía, los valores holandeses y hasta quépunto la UE es útil o no para Holanda.
Esos indicios parecen indicar que, tal vez, las predicciones dela “Guía del pesimismo para 2017” no estaban totalmenteequivocadas.