LONDRES. Unas 10 mil personas se encuentran empleadas en condiciones próximas a la esclavitud en talleres textiles de Leicester (centro de Inglaterra), señaló un diputado local.
La ministra del Interior, Priti Patel, habló ante el Parlamento denunciando “este flagelo moderno”, y su ministerio anunció la apertura de una investigación sobre estas denuncias por parte de la Agencia nacional contra el delito (NCA).
Un brote de casos de Covid-19 a fines de junio obligó a las autoridades a ampliar el confinamiento en esta ciudad industrial de las 'Midlands' durante por lo menos dos semanas más y sacar a luz las prácticas en sus fábricas.
De acuerdo al parlamentario conservador Andrew Brigden, unas 10 mil personas podrían encontrarse empleadas en esta situación lamentable, con un salario miserable de 2 libras esterlinas (unos dos dólares y medio) por hora. Las víctimas son “una mezcla de trabajadores locales e inmigrantes, algunos de los cuales se cree están en situación ilegal, por lo que son esclavizados”, añadió Brigden.
Los talleres de fabricación de ropa siguieron operando durante el confinamiento, por lo que son sospechosos de haber jugado un papel importante en la segunda ola de contagios.
Labor Behind the Label, un grupo que aboga por los derechos de los trabajadores, señaló en un informe que algunas fábricas funcionaron a capacidad plena durante la crisis sanitaria, siendo “inconcebible” que pudieran cumplir con las medidas preconizadas contra el virus, como las de barrera de contención, e inclusive un empleado dio positivo por covid-19.
“Desde hace años circulan acusaciones de abusos en muchas empresas de Leicester”, señaló Dominique Muller, de Labor Behind the Label.