WASHINGTON. Cientos de inmigrantes optaron este 4 de julio festivo por permanecer en sus casas en vez de celebrar lo que debería ser un tributo a la libertad, por temor a que se inicien con anticipación las redadas masivas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o ser detenidos en los retenes reglamentarios de Inmigración.
“Hay mucha gente que tiene miedo a salir y tenía planes de pasear, pero mejor se quedaron en casa por miedo a que llegue Migración y separe a las familias”, dijo la inmigrante mexicana Sofía Martínez.
Martínez, madre de tres hijos y quien reside en el suburbio latino de Maryvale en Phoenix, Arizona, aseguró que el temor entre los residentes es generalizado y es que no olvidan las redadas masivas que realizaba el exalguacil Joe Arpaio.
Trump anunció el 1 de julio que las redadas masivas contra inmigrantes, con las que amenazó el mes pasado y luego pospuso durante dos semanas, empezarán después del 4 de julio.
Rosa Pastrana, líder y activista, indicó que la mayoría de los barrios latinos están atemorizados por estas medidas tomadas por la Casa Blanca, y aseguró que Inmigración ya empezó a realizar redadas en estos barrios de forma “discreta”.
Flor Miranda, una madre inmigrante con seis hijos, prefirió irse a vivir a un refugio para mujeres abusadas luego que ICE llegó a la puerta de su casa en Maryvale y deportó a su marido.
Para estas madres mexicanas y otros miles de inmigrantes en Estado Unidos, este 4 de julio no fue festivo, sino de temor a ser separados de sus familias y deportados a sus países. Sus casas ayer fueron su refugio para celebrar el Día de la Independencia del país.
“En vez de festejar la libertad, la gente pasó este día con temor y sus hijos, que tienen los mismos derechos de estar en este país de inmigrantes, lo pasarán igual”, señaló Martínez.
“Lo que antes era un país de diversidad de razas ahora está dominado por la supremacía blanca”, aseveró.
Pero ajeno a estos temores, con tanques en exhibición y sobrevuelos de aeronaves, Trump llamó ayer a la unidad nacional, elogió al Ejército y pidió a los jóvenes unirse a las Fuerzas Armadas durante una celebración que críticos dijeron fue politizada por el mandatario.
Además, en su discurso prometió que el país plantará “pronto” su bandera en la Luna y en Marte.
“Vamos a ir otra vez a la Luna pronto, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto”, dijo Trump en un discurso frente al Monumento del expresidente Abraham Lincoln (1861-1865), un símbolo de unidad nacional.
Trump, que quedó admirado por las muestras de orgullo nacional y fortaleza militar en Francia, desestimó las preocupaciones sobre el costo de la ceremonia y las connotaciones militaristas del evento.
“Nuestro país es más fuerte que nunca antes. Hoy es más fuerte”, dijo Trump desde una plataforma frente al famoso monumento, reiterando un tema que ha utilizado en sus eventos de campaña.
Habló positivamente sobre el Ejército y, con una coreografía bien planificada, contó historias sobre cada rama de las Fuerzas Armadas para presentar diferentes sobrevuelos de aeronaves militares.
“Durante más de 65 años, ninguna Fuerza Aérea enemiga ha logrado matar a un solo soldado estadounidense. Debido a que los cielos pertenecen a Estados Unidos de América”, afirmó.
Miles de simpatizantes de Trump, que lucían sombreros con el lema “Make America Great Again” (Haz a Estados Unidos grande otra vez), y opositores que cuestionaron el costo del evento llegaron a la capital del país a pesar de las altas temperaturas y lluvias ocasionales, mientras que un muñeco inflable del “Bebé Trump” fue puesto junto a un letrero que llamaba traidor al presidente.
La alta seguridad del Servicio Secreto y las vallas metálicas alrededor del monumento a Lincoln fueron el centro de las críticas, al recordar que hasta este año se podía sentar en sus escaleras durante el 4 de julio para ver los fuegos artificiales.