GINEBRA. El embajador de china en Ginebra advirtió que la cooperación entre Pekín y la Comisión de la ONU para los Derechos Humanos estaba “en peligro”, tras la publicación del informe sobre la región de Xinjiang.
“No podemos seguir cooperando como si nada hubiera pasado, como si no hubiera habido informe”, declaró Xu Chen en una rueda de prensa organizada por la asociación de periodistas acreditados en la ONU en Ginebra (Acanu).
China califica el informe de “herramienta política”, redactada por “esbirros” de los países occidentales.
La Alta Comisionada Michelle Bachelet decidió publicar el informe minutos antes de acabar el mandato al frente de la institución, el 31 de agosto.
En el texto, la ONU habla de posibles “crímenes contra la humanidad” y de “pruebas creíbles” de torturas y de violencia sexual contra la minoría uigur, mayoritariamente musulmana, en la región china de Xinjiang.
Chen señaló que Pekín había comunicado su voluntad de cooperar con el Alto Comisionado durante la visita de Bachelet en mayo a China, la primera de este tipo en casi dos décadas.
“Ofrecimos nuestra voluntad para cooperar. Pero la publicación de la evaluación pone todo en peligro”, afirmó Chen.
“Conseguimos un acuerdo sobre toda una serie de mecanismos de cooperación bilateral” pero el Alto Comisionado “cerró la puerta a la cooperación al publicar” el informe. El embajador insistió, sin embargo, que China sigue siendo “una ferviente defensora de Naciones Unidas”.
Con respeto al sucesor de Bachelet, el austriaco Volker Türk, Chen dijo que “estamos dispuestos a establecer una relación de trabajo”.
DESAPARICIONES EN UCRANIA
Por otro lado, la ONU informó que documentó cientos de detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas por las fuerzas rusas en Ucrania, y 51 detenciones arbitrarias por las fuerzas ucranianas.
Desde el comienzo de la invasión ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos reúne información sobre una serie de violaciones de las que son víctimas los prisioneros de guerra. La tortura, si se prueba ante un tribunal, “sería un crimen de guerra”, explicó
Matilda Bogner, que dirige la misión de vigilancia de los derechos humanos en Ucrania, en un punto de situación por videoconferencia desde Odesa.
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Hasta la fecha, las Naciones Unidas verificaron que al menos 416 personas fueron víctimas de detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas en el territorio ocupado por Rusia o en zonas controladas por las fuerzas armadas rusas.
De ellos, 16 fueron encontrados muertos y 166 fueron puestos en libertad. La misión documentó también 51 detenciones arbitrarias y otros 30 casos que equivaldrían a desapariciones forzadas perpetradas por fuerzas del orden ucranianas.