BRUSELAS. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometieron a intensificar la cooperación energética para garantizar la seguridad de suministro en pleno conflicto con Rusia a cuenta de Ucrania.
En el texto, Von der Leyen y Biden aseguran que su objetivo es "lograr un suministro continuo, suficiente y oportuno de gas natural a la UE desde varias fuentes en todo el mundo para evitar crisis de suministro, incluidas las que podrían resultar de una nueva invasión rusa de Ucrania".
Bruselas y Washington aseguran que comparten el objetivo de "garantizar la seguridad energética de Ucrania" y la "integración progresiva" de Kiev en los mercados de gas y electricidad de la UE. El 41 por ciento de las importaciones de gas natural al bloque comunitario provienen de Rusia, según datos de Eurostat para 2019, seguida de Noruega (16 por ciento), Argelia (ocho por ciento) y Catar (cinco por ciento).
En la últimas horas, funcionarios europeos han mantenido acercamientos con las autoridades de Qatar para facilitar la diversificación del suministro de gas. Además alistan viajar a Azerbaiyán para aumentar el suministro por sus gasoductos.
En este contexto, la UE y Estados Unidos instan en su declaración a "todos los principales productores de energía" a unirse a ellos "para garantizar que los mercados mundiales de energía sean estables y estén bien abastecidos".
Finalmente, el Nord Stream 2, el gasoducto que une Rusia con Alemania, sigue provocando importantes desacuerdos geopolíticos y económicos, y ahora corre el riesgo de no inaugurarse, en caso de una invasión de Rusia a Ucrania.
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Por otro lado, Biden dijo que pronto enviará tropas estadounidenses para apoyar la presencia de la OTAN en Europa del este en momentos de tensiones con Rusia por Ucrania. EU ya tiene decenas de miles de tropas estacionadas mayormente en Europa occidental, pero el Pentágono está considerando enviar un pequeño número de refuerzos al tenso flanco este.
La carta que EU envió a Rusia en respuesta a su exigencia de garantías de seguridad en el marco de la crisis ucraniana incluye la propuesta de un "acuerdo de seguimiento" a la aplicación del tratado de control de armas nucleares Nuevo START.