París, Francia.- Europa no disimula su preocupación por losresultados que puede arrojar la primera entrevista del presidentenorteamericano Donald Trump con el líder ruso Vladimir Putin,prevista durante la cumbre del G20 del 7 y 8 de julio en Hamburgo(Alemania).
Ambos jefes de Estado dialogaron telefónicamente en dosocasiones desde Trump ingreso a la Casa Blanca, el 20 de eneropasado, pero el encuentro de la próxima semana constituirá elprimer tête-à-tête entre los dirigentes de las dos grandespotencias.
Las inquietudes que existen en Europa se hicieron evidentes enlos diálogos informales que mantuvieron el jueves en Berlín losprincipales dirigentes invitados por la canciller alemana AngelaMerkel para definir la posición conjunta que sostendrán en lacumbre del G20 en materia de defensa del libre comercio y delAcuerdo sobre Cambio Climático de París, y las críticas queformularán a las políticas proteccionista y anti-ecológica deDonald Trump. En conversaciones privadas, almargen de sus intervenciones oficiales, la mayoría de losdirigentes europeos confesaron sus temores de que Trump procuredemostrar que no estaba equivocado cuando sostenía que era posibleestablecer un nuevo tipo de relaciones con Moscú. El riesgo, enese caso, sería que adopte una actitud demasiado complacientesobre Ucrania y el comportamiento de las fuerzas rusas enSiria. Las relaciones entre ambos países se encuentran enuna fase crítica por las denuncias sobre los presuntos intentos deMoscú de influenciar el desarrollo de las eleccionespresidenciales norteamericanas en 2016 y, en sentido inverso, porel mantenimiento de las sanciones occidentales contra Rusia por laanexión de Crimea y el apoyo que brinda Moscú a los separatistaspro-rusos que combaten contra las fuerzas de Ucrania.
En varias reuniones con dirigentes de primer nivel internacionalTrump demostró no conocer a fondo los principales temas de laagenda bilateral ni los matices de la situación internacional. Confrecuencia tampoco respeta las recomendaciones de susconsejeros.
Esas características pueden representar un serio riesgo en elcaso de Putin, un exagente del KGB que siempre acude a las cumbresmeticulosamente preparado y con una agenda precisa. El líder delKremlin no solo domina los temas que abordará durante lasreuniones, sino que también conoce las fallas psicológicas de susinterlocutores. Siempre acude a esas reunionesperfectamente preparado”, admitió Thomas Graham, directoroperativo de la firma Kissinger Associates, que fue consejero delex presidente George W. Bush para sus relaciones con Rusia.La diferencia de nivel que existe entre el equipo del Kremlin y elde la Casa Blanca quedó en evidencia durante la reciente visitadel canciller ruso Serguei Lavrov a la Oficina Oval de la CasaBlanca, a la cual acudió acompañado por el embajador del Kremlinen Washington, Serguei Kislyak. Ese veterano diplomático estáconsiderado como un personaje clave de la trama rusa en lasinvestigaciones sobre la presunta injerencia de Moscú en laselecciones de 2016.
El ex secretario de Estado y Director Nacional de Seguridad,Henry Kissinger, tal vez pudo descubrir algunas pistas durante lareunión que mantuvo el jueves con Putin. Kissinger se encontrabaen Moscú para asistir a un congreso anual de diplomáticos,expertos en cuestiones internacionales y responsables políticos.Hace un mes había sido recibido en la Casa Blanca con Trump.
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Durante ese diálogo, Trump podría buscar el apoyo de Putinpara intensificar la lucha común contra el terrorismo islamista,que constituye una de las prioridades del presidentenorteamericano. Los diplomáticos europeos respaldan esa idea quepresenta una ventaja incomparable: no le daría tiempo a Putin demanipular a Trump para que refuerce su hostilidad contra la OTAN yla UE, dos temas que constituyen un eje central de la políticaexterior rusa.
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