PARIS, Francia – Es la crónica de una tragedia anunciada:este verano Europa sufrirá la peor crisis migratoria desde elfinal de la Segunda Guerra Mundial, según las previsiones de lasONG que operan en aguas del Mediterráneo.
La extrema gravedad que alcanzará ese flujo masivo se advirtióayer con la muerte de 34 personas, mientras que la Guardia Costeraitaliana debió coordinar otras 12 operaciones simultáneas pararescatar a unos mil 800 migrantes que derivaban en embarcaciones defortuna a 50 km de las costas libias.
Hace una semana, el jueves 18, los servicios de emergenciahabían vivido la jornada más dramática del año cuando tuvieronque rescatar a 2.900 migrantes que habían embarcado en 12 lanchasneumáticas. Sobre ese total, 2.300 fueron trasladados a Italia y580 conducidos de regreso a Libia. “Esas cifras elocuentespermiten tener una idea de las dimensiones que alcanzará este añoese aluvión y de las proporciones que habrá entre las vidas quese cobrará el Mediterráneo, la cantidad de migrantes quellegarán a Europa y el escaso número que podrán ser devueltos aLibia”, explicó un vocero de Médicos Sin Fronteras (MSF).
La organización humanitaria alemana Jugend Rettet denunció quelos guardacostas libios realizaron disparos cuando intervinieronpara hacer volver por la fuerza a dos embarcaciones. Esos equiposforman parte de las fuerzas que está formando y equipando laUnión Europea (UE) para intentar contener el flujo de refugiados.Hace dos semanas, la ONG alemana Sea-Watch había denunciado unaoperación similar.
El gobierno alemán, la agencia de la ONU para los refugiados(ACNUR) y varias organismos de defensa de los derechos humanos,piden que los migrantes no sean devueltos a Libia, donde sonvíctimas de violencia, violaciones, extorsiones, torturas yasesinatos.
Desde que Turquía impide que los refugiados transiten por suterritorio para dirigirse a Europa, las costas libias seconvirtieron en el principal punto de partida de los migrantes. Lascostas y puertos de ese país se encuentran en manos de traficantesdesalmados que no vacilan en sobrecargar con inmigrantes botes degoma o embarcaciones de madera en estado calamitoso que ponen enpeligro la vida de los desdichados que pagan fortunas para realizarel cruce del Mediterráneo.
ACNUR y las ONG que participan en las operaciones de socorrotemen que este año el flujo migratorio supere el nivel de 2016,que llegó a un total 364.000 refugiados, según la OIM. Además,otras 4.812 personas perdieron la vida ahogadas Mediterráneo.“En 2017 puede haber más de 500.000 refugiados”, prevé ChrisCatrambone, fundador de la ONG maltesa Migrant Offshore Aid Station(MOAS).
Esa organización difundió ayer una imagen en Twitter en la quese ve a numerosos refugiados en el agua durante una operación derescate: "No es una escena de una película de terror... Tragediareal que se desarrolla hoy a las puertas de Europa", dice elmensaje.
Sin contar las operaciones de ayer, desde que comenzó 2017Italia recibió 50.039 migrantes, cifra que representa 46,16% másque en la misma época de 2016, según los datos del Ministerio delInterior. Unas 1.229 personas murieron hasta ahora en 2017 durantela travesía, según cálculos de la Organización Internacionalpara las Migraciones (OIM).
La llegada de esa cantidad sin precedentes de migrantes estasemana plantea un grave problema para Italia, debido a las medidasde seguridad extremas adoptadas para la cumbre del grupo G-7, quese realizará el 26 y 27 de mayo en Taormina. Esa minúsculacolina, ubicada en el este de la isla de Sicilia, recibirá a lospresidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, VladimirPutin, así como otros cinco jefes de Estado o de gobierno de lasmayores potencias mundiales. Por razones de seguridad, lasautoridades prohibieron el desembarco de migrantes en todos lospuertos de Sicilia hasta que finalice la cumbre.
Durante la reunión Trump incluso se alojará en una navemilitar, mucho más fácil de proteger que las instalacioneshoteleras de Taormina.
Numerosos unidades de guerra de las potencias occidentalespatrullan las costas de Sicilia, pero no intervendrán en caso dellegada de barcos o lanchas con refugiados.
