PARÍS. Las insinuaciones para después del Brexit realizadas por Reino Unido al presidente de EU, Donald Trump, podrían complicar aún más este fin de semana la búsqueda de puntos en común en una cumbre del G-7 de por sí ensombrecida por las tensiones comerciales con China, Irán y el cambio climático.
El anfitrión de la cumbre, el presidente francés Emmanuel Macron, ha puesto el listón muy bajo para que no se repita en Biarritz el fiasco del año pasado en Canadá, cuando Trump abandonó antes de tiempo la cumbre del Grupo de Siete, desbaratando el comunicado final.
Macron, ardiente europeísta y firme defensor de los lazos multilaterales, confía en lograr avances significativos en áreas donde se pueda presentar un frente unido. La reunión, que se prolongará desde el sábado al lunes, se centrará oficialmente en un asunto amplio como la reducción de la desigualdad.
En lo referente a otras cuestiones candentes, no habrá más remedio que estar de acuerdo en no estar de acuerdo cuando sea necesario.
"Tenemos que adaptar los formatos. No habrá un comunicado final, sino coaliciones, compromisos y seguimientos", dijo Macron. "Debemos asumir que, sobre ciertos temas, algún miembro del club podría no estar de acuerdo".
La cumbre del G7 agrupa a Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón, Alemania, Italia y Canadá, además de la presencia de la Unión Europea. Macron ha invitado también a los líderes de Australia, Burkina Faso, Chile, Egipto, India, Senegal, Ruanda y Sudáfrica para ampliar el debate sobre la desigualdad. Trump busca incorporar de nuevo a Rusia en el bloque.
No obstante, las discusiones más duras están en otras partes, como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la tensión entre Washington y Teherán; el escaso entusiasmo mostrado por Trump a la iniciativa francesa de un impuesto universal a las multinacionales digitales como Google y Amazon y su rechazo a los esfuerzos para limitar las emisiones de carbono contra el cambio climático.
La crisis en Cachemira y las protestas callejeras en Hong Kong podrían ser abordadas también durante las conversaciones en la capital del surf de la costa atlántica francesa, donde serán desplegados unos 13 mil policías para impedir manifestaciones violentas antiglobalización.
Por si fuera poco, el primer ministro italiano renunció el martes, Canadá se encamina a unas elecciones, la influencia de la canciller alemana Angela Merkel se está desvaneciendo antes de su adiós y Londres está probablemente a punto de abandonar la UE o celebrar unas elecciones adelantadas.
En Berlín, Merkel desafió a Reino Unido a encontrar alternativas a la salvaguarda fronteriza irlandesa en 30 días, mientras Macron advirtió que no habrá una renegociación al acuerdo del Brexit.
En declaraciones dadas junto a Merkel en la cancillería alemana, Johnson dijo repetidamente que la salvaguarda a la frontera irlandesa, que forma parte del Acuerdo de Salida alcanzado por su predecesora, Theresa May, debe ser eliminada por completo, pero la alemana le advirtió de que se podrá eliminar cuando se acuerde la relación futura entre Reino Unido y la Unión Europea, pero que no trate de reabrir la negociación sobre la salida de su país del bloque.
A la llegada de Johnson, manifestantes al exterior de la Cancillería gritaron "Paren el Brexit".
Antes de su primer viaje al exterior como primer ministro, Johnson dijo que la UE está siendo "un poco negativa".