CIUDAD DEL VATICANO. La Ley es igual para todos. Este lema se cumplió en el caso del exprefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, equivalente a un ministro de finanzas, el cardenal australiano George Pell, que transcurrió su primera noche en prisión después de que el tribunal de Melbourne le revocó la libertad bajo fianza que inicialmente le había sido concedida. Por lo tanto, en base a las leyes locales, el purpurado permanecerá detrás de las rejas hasta el próximo 13 de marzo, fecha prevista para el anuncio de la sentencia en su contra.
Asimismo, ayer se confirmó que los cinco delitos por los que el purpurado fue declarado culpable, todos relativos a la pederastia, implican una pena máxima de 10 años cada uno, por lo cual corre el riesgo de ser condenado hasta un máximo de 50 años. La libertad bajo fianza le había sido concedida después de la proclamación unánime de su condena el pasado mes de diciembre, porque requería operarse la rodilla.
Pell, de 77 años, fue condenado por abusos sexuales cometidos en 1996 en contra de dos menores, de 12 y 13 años, miembros del coro de la catedral de San Patricio, en Melbourne.
El caso del cardenal Pell será examinado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en la forma y el tiempo establecido por la ley canónica, según declaró el portavoz “ad interim” del Vaticano, Alessandro Gisotti, el cual reiteró que el purpurado australiano ya fue expulsado de su cargo de prefecto de la Secretaría de Economía del Estado pontificio.
Mientras tanto, en espera del fallo definitivo del tribunal local, el cardenal no puede ejercer públicamente su ministerio sacerdotal y no puede tener ningún tipo de contacto con menores.