Washington.- La muerte de Fidel Castro deja unterrible legado a Cuba, una revolución de 57años que si bien superó su propio peso en asuntos mundiales,especialmente en América Latina, se convirtió enuna pieza decrépita de museo del totalitarismo soviético,publicó hoy The Washington Post.
En su editorial institucional titulado “El terriblelegado de Castro”, el diario detalló un marcadocontraste entre los beneficios y las fallas de la revolucióncastrista y destacó que si bien la educación y la salud fueronsus logros, el precio que pagó el pueblo fue “terrible”.Aunque contraproducente para sus políticassociales ostensiblemente humanas, la represión política deCastro llegó a un extremo que habría hechosonrojar a su predecesor, Fulgencio Batista”,opinó. Destacó que comenzó con ejecuciones sumariasmasivas de funcionarios de Batista y prontoprogresó al internamiento de miles de homosexuales y lesbianas;vigilancia sistemática, calle por calle de la ciudadanía; purgasrepetidas con juicios de exhibición y ejecuciones de miembros delpartido que gobernaba.
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También hubo castigo para los artistas, escritores yperiodistas disidentes.
El diario resaltó que el régimen de Castroaprendió el patrón totalitario de la UniónSoviética y para contrarrestar al adversarioestadunidense recibió sus misiles nucleares llevando al mundo alborde de una guerra.
Castro patrocinó también violentos movimientos subversivos enmedia docena de países latinoamericanos e incluso, a su paso,ayudó a Venezuela a enfrentar una catástrofe económica ypolítica a través de su patrocinio de HugoChávez.
Destacó que si bien la economía pre-castrista deCuba dependía excesivamente de las exportacionesde azúcar y dejó a muchos en la pobreza, el embargo comercialposterior a 1961 de Estados Unidos no ayudó a laprosperidad de la revolución.
Pero Castro infringió la mayor parte deldaño, empobreciendo a la isla a través de un programa de controlestatal total, ocasionalmente repuntado por sus propios esquemasgrandiosos, desde la desafortunada cosecha de azúcar de 10millones de toneladas en la década de 1960 hasta la brutalausteridad del "período especial" después que terminaron lossubsidios soviéticos en la década de 1990.
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Hoy, Cuba vive del petróleo venezolano y eldinero enviado a casa por los millones que viven en EstadosUnidos que huyeron del gobierno deCastro.
También depende de los turistas, incluyendo un crecientenúmero de estadounidenses, muchos de los cuales, por desgracia,son atraídos por el comercio sexual tolerado oficialmente.
En ese sentido, la revolución cubana simplemente ha traído aCuba un círculo completo a los días deBatista, opinó el cotidiano.
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