El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, encabezó hoy una ceremonia solemne para rendir homenaje a los 140 empleados de este organismo internacional asesinados en el cumplimiento de su labor durante el segundo semestre de 2017.
En la sede de la ONU, Guterres lamentó además que grupos militantes y milicias armadas en todo el mundo pierdan cada vez más respeto a trabajadores humanitarios tanto de la ONU, como de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, entre otros organismos, que ahora son blanco de ataques.
Expresó que en los años recientes “comencé a ver situaciones en las que nuestro personal era el blanco precisamente porque era nuestro personal, ya sea en misiones de mantenimiento de la paz o en tareas humanitarias o en cualquier otra forma de apoyo a poblaciones” percibidas como rivales por agresores.
La ONU indicó que sus 140 empleados asesinados en el segundo semestre de 2017 pertenecían a 42 naciones. De ese total, 123 eran militares, tres eran policías y 14 eran empleados civiles.
Guterres lamentó además que exista poca rendición de cuentas en torno a los asesinatos de empleados de la ONU, pese a que en numerosos casos estas agresiones constituyen “crímenes de guerra”.
“No debemos olvidar que aquellos que han sacrificado sus vidas en el cumplimiento del deber estaban apoyando a poblaciones donde la cantidad de sufrimiento es absolutamente horrenda”, afirmó el titular de la ONU.
Añadió que la ONU permite que su personal vaya y trabaje en circunstancias peligrosas, porque de no hacerlo las personas que atiende este organismo enfrentarían situaciones y circunstancias aún más peligrosas.
“Este es un dilema terrible para aquellos que deben tomar decisiones sobre dónde y cuándo enviar al personal a las áreas más difíciles del mundo y en los momentos más peligrosos que enfrentamos”, aseveró Guterres.
