LONDRES. El primer ministro Boris Johnson, cuya popularidad no deja de caer, se veía de nuevo en aprietos debido a otro escándalo por una multitudinaria fiesta en los jardines de Downing Street en pleno confinamiento, que la policía dijo investigar.
En mayo de 2020, dos meses después de declarado el confinamiento, que llevó al propio Johnson a ser hospitalizado en abril y dejó a 67 millones de británicos sin interacciones sociales, solo se permitía ver a una persona, al aire libre y respetando dos metros de distancia.
Pero, un email filtrado ahora a la prensa, el secretario particular del primer ministro, Martin Reynolds, invitó a un centenar de empleados a "disfrutar del buen tiempo" tomando "unas copas con distancia social" el 20 de mayo en los jardines de Downing Street.
La prensa ha publicado revelaciones sobre un total de nueve presuntas infracciones de este tipo ocurridas entre mayo y diciembre de 2020.
Johnson y su pareja Carrie fueron algunos de los que se reunieron con unos 40 empleados en el jardín de Downing Street.
Esto ha irritado incluso a numerosos diputados del propio Partido Conservador de Johnson, un centenar de los cuales se rebeló en diciembre contra el gobierno en una histórica votación sobre nuevas restricciones. Y algunos hablan desde hace semanas de lanzar una moción de censura interna para hacer caer a su líder.
Sumándose a otros escándalos de corrupción y amiguismo, esta nueva revelación hizo caer un poco más la popularidad de Johnson: 56 por ciento de los cinco mil 391 adultos entrevistados en un sondeo rápido de YouGov consideraron que el primer ministro debería dimitir, frente a 54 por ciento en diciembre tras un descubrimiento similar.
El Reino Unido es uno de los principales países más afectados por la pandemia, en la última semana registró 1.2 millones de casos, 10 por ciento más que la semana previa, cifras superadas solo por Estados Unidos y Francia.
Los casos globales aumentaron 55 por ciento la semana pasada, y la ola de contagios asociada a la variante Ómicron empieza a golpear a nuevas regiones como el sur de Asia, donde los positivos se dispararon un 418 por ciento en ese periodo, según la Organización Mundial de la Salud, en su informe diario.
La variante Ómicron, que hace dos semanas sólo había sido detectada en un 1.6 por ciento de casos globales analizados en laboratorios, ya está presente en un 58.5 por ciento de esos análisis, ha superado a la Delta y se ha convertido en la dominante a nivel mundial, según la OMS.
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