Managua, 19 Jul (Notimex).-El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, cerró las puertas a las negociaciones que mantenía con la oposición para superar la crisis que vive el país desde hace más de un año, descartó adelantar los comicios previstos para 2021, y cargó contra EU por sancionar a funcionarios de su gobierno.
Miles de personas conmemoraron este día en la capital nicaragüense los 40 años de la Revolución Sandinista, que realmente concluyó en febrero de 1990 cuando fue derrotado en las urnas el proyecto guerrillero y revolucionario marcado por la mística revolucionaria, el hambre, el racionamiento, la escazes y miles de jóvenes muertos en una guerra fraticida.
Ortega, quien encabezó el acto, dijo en su discurso que mantendrá un diálogo con campesinos, artesanos, pequeños productores, obreros y "con aquellos que están dispuestos a trabajar por la paz y el desarrollo económico".
"Ese es el único diálogo que tiene cabida y sentido en las actuales circunstancias que vive Nicaragua", sostuvo.
La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la contraparte del Ejecutivo en una mesa de negociación con la que esperan superar la crisis que estalló en abril de 2018 y suspendida desde mayo pasado, propuso reiniciar el próximo 31 de julio las conversaciones, conforme lo dispuesto por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La Asamblea General de la OEA resolvió, en junio pasado, que el gobierno y la oposición reiniciaran unas negociaciones "de buena fe" para encontrar una salida a la crisis que ha dejado cientos de muertos en 15 meses, y dio un plazo de 75 días para analizar la situación de Nicaragua.
Asimismo, Ortega descartó adelantar las elecciones nacionales, a como exige la oposición, a los que instó a prepararse para noviembre de 2021.
"Son 40 años de lucha sandinista después de haber derrotado a la dictadura de Somoza y a un año de haber derrotado al golpismo, apoyado por el imperialimo norteamericano", dijo el militante sandinista Denis Yulinga, de 55 años, en alusión a las protestas opositoras del año pasado que pusieron en jaque al gobierno de Ortega.
La Revolución Sandinista realmente concluyó en febrero de 1990 cuando fue derrotado en las urnas el proyecto guerrillero y revolucionario marcado por la mística revolucionaria, el hambre, el racionamiento, la escazes y miles de jóvenes muertos en una guerra fraticida.
Pero ayer, una Nicaragua dividida recordó la fecha y la inconformidad se dejó sentir en las celebraciones independientes que hubo en el país.