La organización Transparencia Internacional realizó un estudio en el que explora el impacto de la pandemia por el virus Covid-19 en rubros como: el combate a la corrupción, la gobernanza y desarrollo, donde adelantó que derivado de este mal, el apetito internacional para combatir la corrupción disminuyó, así como los tratados y convenciones antisoborno.
Apunta que, incluso, los esfuerzos para incautar y recuperar activos de cleptócratas alrededor del mundo, también puede sufrir como resultado de la pandemia que, países con pocos recursos queden saqueados y sin recursos para enfrentar la crisis de salud y la consecuente crisis económica.
La organización internacional enfocada a combatir la corrupción, detalló en su informe titulado “Saliendo de la Curva” (Getting Ahead of The Curve) que la pandemia puso en evidencia la supuesta efectividad con la que los gobiernos del mundo administraban a sus países en cuanto a política interior y economía global.
Consideran que la pandemia aceleró los resultados que ya había en materia de crisis económica y salud; mientas que mostró la debilidad de la cooperación internacional para combatir la corrupción, pues señalan que hay respuestas ineficaces para detener las redes transnacionales de corrupción.
Además, Transparencia Internacional señala que continua el flujo de financiamiento ilícito, mientras que, paradójicamente, disminuyó “el apetito” por reforzar la lucha contra la corrupción internacional y los tratados y convenciones antisoborno.
Sostiene la organización que, la brecha de desigualdad es cada vez más grande en la mayoría de los países, debido a que la salud y la crisis económica están golpeando a los más pobres y, más comunidades marginadas ahondan su precariedad, debido a su falta de acceso a la asistencia sanitaria y asegurar ingresos.
Advierte que estos factores juntos, pueden contribuir a una mayor desigualdad económica entre y dentro de las naciones, lo que llevaría a agudizar desequilibrios internacionales y consecuentemente, se podría dar una proliferación de la corrupción.
Pese a este diagnóstico adverso, la organización señala que “hay dos oportunidades claras que emergen de los primeros días de la nueva realidad desplegándose frente a nosotros”. En primer lugar que, ciudadanos y activistas son cada vez más capaces de usar herramientas en línea para participar en la vida pública y para organizarse.
La organización destaca que hay un aumento de la alfabetización digital y acceso a herramientas que proporcionan trabajo colaborativo que por ende lleva a fructíferos compromisos de participación social, con los que se pueden lograr mejores resultados de transparencia en el futuro cercano.
Aunque considera la organización que aún es temprano para asegurar esto, sostiene que ve signos en la sociedad de una recepción y consumo más crítico de información sobre fuentes en línea, a pesar de que también nota mayores intentos de desinformación. Por lo que concluye que espera en el futuro sociedades más comprometidas y con más información.