"No hay más religión de QAnon y Donald Trump es su profeta”. La declaración de fe islámica bien se puede parafrasear para comprender la magnitud de una teoría conspirativa que se ha convertido en dogma entre cada vez más republicanos.
El dios de QAnon es “Q” (un supuesto alto funcionario con la llave para acceder a información confidencial, y que en 2017 comenzó a publicar mensajes crípticos sobre un “estado profundo” que intenta aniquilar al presidente.
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Los seguidores de Q interpretan sus publicaciones, en un principio alojadas en sitios oscuros de la web como 4Chan, pero que ahora se pueden encontrar en cualquier red social, con la creencia de que EU está al borde del “gran despertar”, donde Trump derrotará a un grupo global secreto de élite que viola a niños y bebe su sangre para vivir más años.
Este movimiento de extrema derecha ha ganado popularidad desde el inicio de la pandemia de coronavirus, gracias a las publicaciones viralizadas en Facebook, YouTube e Instagram, y ahora, de acuerdo a medios como The New York Times, republicanos de todo el país han adoptado a QAnon en las últimas semanas de campaña rumbo a las elecciones de noviembre.
El pasado 15 de octubre, durante un programa televisado, el presidente dijo no saber nada del movimiento -cuando semanas antes en un mitin lo había elogiado por su “gran amor” hacia EU-, pero al ser presionado dijo que “están en contra de la pedofilia, y yo estoy de acuerdo con eso”.
Esta referencia a la pedofilia está vinculada con una teoría de la conspiración del 2016 conocida como “pizzagate”, una pizzería en Washington donde Hillary Clinton y su grupo realizaban actos horrendos con niños en el sótano del lugar.
Así, miles de mujeres también han sido absorbidas por la Q en millones de publicaciones en redes sociales con el hashtag #savethechildren (salven a la niñez), con falsos temores sobre el tráfico sexual infantil a través de historias inventadas.
Facebook y YouTube ha limitado el contenido relacionado con QAnon, por promover “contenido que ataca a individuos o grupos con teorías conspiratorias que son usadas para justificar violencia en el mundo real”.
El año pasado, el FBI dijo en un informe que QAnon era uno de varios movimientos que podrían impulsar “a grupos y a extremistas individuales a llevar a cabo actos criminales o violentos”.
A pesar de ello, el movimiento salió de internet y se ha instalado en la mente de millones de personas que se sienten excluidas por los políticos tradicionales.
Con la pandemia, QAnon también atrajo a negacionistas del Covid-19, así como a grupos antivacunas y antimascarillas, lo que lo ha hecho más popular
De acuerdo con el Pew Research Center, el porcentaje de estadounidenses que han escuchado hablar de QAnon pasó de 23% a 47% en seis meses, mientras 33% de republicanos cree en esta teoría , y 41% piensa que es positiva para EU.
Los seguidores de Q son cada vez más entre el público que sale a animar a Trump en mítines u otros eventos, e incluso una creyente republicana de QAnon, Marjorie Taylor Greene, está a punto de ser elegida a la Cámara de Representantes, mientras Trump, sus hijos y aliados siguen compartido publicaciones en las redes relacionadas con el movimiento, con un tono cada día más agresivo conforme se acerca la elección y sus números en las encuestas siguen cayendo.