Este sábado, las fuerzas armadas rusas bombardearon una nueva fábrica militar en la zona de Kiev, cumpliendo así su amenaza de intensificar sus ataques contra esta capital tras haber perdido esta semana su buque insignia en el Mar Negro en un ataque reivindicado por Ucrania.
El complejo industrial, situado en el distrito Darnytsky, donde se fabrican principalmente tanques, fue blanco de un ataque. Un gran número de militares y rescatistas se concentraron en el lugar.
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En Moscú, el ministerio de Defensa confirmó el ataque.
"Armas aire-tierra de largo alcance y alta precisión destruyeron edificios de una planta de producción de armamento en Kiev", dijo el ministerio en un comunicado en la red Telegram.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, indicó que había al menos un muerto en el ataque y que varias personas resultaron heridas.
"Nuestras fuerzas hacen todo lo posible para protegernos, pero el enemigo es insidioso y despiadado", dijo.
El viernes, un ataque ruso tomó por blanco una fábrica en la región de Kiev que fabricaba misiles Neptuno, usados por el ejército ucraniano para hundir el "Moskva", según fuentes de Kiev.
Rusia mantiene que el "Moskva" quedó dañado por un incendio tras la explosión de sus propias municiones y que la tripulación, unos 500 hombres aproximadamente, había sido evacuada.
Unas afirmaciones que desmintió una oficial militar ucraniana. "Una tormenta impidió el rescate del barco y la evacuación de la tripulación", dijo Natalia Gumeniuk, portavoz del mando militar del sur de Ucrania.
"Somos perfectamente conscientes de que no nos lo perdonarán", añadió.
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La pérdida del "Moskva" es un duro golpe para Rusia porque "aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones, especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco", explicó el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Brachuk.