- Mexicali-Calexico, ciudades divididas por un muro, nunca porsu comunidad
Laura Elena Aguayo, La Voz de la Frontera
El muro de la vergüenza, la barda perimetral, una fronteraartificial desarrollada para impedir que las personas que aúncreen en el “sueño americano” vean truncados sus sueños,éste se ha convertido para quienes desde el siglo pasado recuerdanel libre acceso al vecino país, como una fachada ajena a larelación que se ha sembrado por un siglo en la vecinaCalexico.
El doctor Ernesto Sánchez Valenzuela, quien fuera delegado deMigración y la profesora Yolanda Sánchez Ogaz, recordaron como enla década de 1980 se podría ingresar a Estados Unidos conidentificaciones oficiales que emitía el Gobierno federal enMéxico.
“A los 19 años me entregaron la credencial de profesora conla que cruzaba que utilicé hasta los 31 y con ella pasaban mishijos, solamente se autorizaba ir a Calexico a quienes contaban conuna credencial del Gobierno”, explicó la profesora ehistoriadora.
Sin embargo, todo esto se fue abajo cuando autoridades delvecino país se empezaron a percatar que algunas de lasidentificaciones eran falsificadas, de ahí que inició el procesopara credencialización de quienes eran aptos por Estados Unidospara cruzar bajo sus condiciones.
“Durante la Segunda Guerra Mundial se entregaba por parte delGobierno de Estados Unidos estampillas que uno iba a cambiar aCalexico, con las cuales se daba llantas, comida, gasolina, pues nohabía forma de que se trajeran productos a Mexicali, no habíacomo”, recordó, el doctor Ernesto Sánchez Valenzuela.
Lo anterior, da testimonio de la relación que siempre se hadado entre Calexico y Mexicali, ciudades hermanas ahora separadaspor un muro, por visas y autorizaciones para cruzar o no al vecinopaís, donde las calles no son más brillantes, ni los empleos másabundantes, al contrario se vive una crisis laboral dejando en paroa quienes no desean trabajar el campo, aparentemente la únicaopción temporal para esta frontera.