CIUDADJUÁREZ, Chih.- Después de más de cinco años no ver a su esposay sus cuatro hijos, al fin Armando Arvizu logró abrazar a sufamilia en el cauce del río Bravo en un evento llamadoDerribando Muros.
La más pequeña de sus hijas de 13años lloraba de emoción esperando el momento de poder abrazar asu papá, mientras que Armando -su padre- a seis metros dedistancia bromeaba haciendo movimientos corporales de felicidad yaliento para tratar de distraer a su pequeña hija para no verlallorar.
Finalmente cuando dieron el aviso dereencontrarse, inmediatamente se dirigieron a sus seres queridossin contener las lágrimas de Armando al abrazar a su esposa y suscuatro hijos.
Armando Arvizu comenta que es undolor muy fuerte tener a su familia en Estados Unidos, luego de quelas autoridades migratorias lo deportara sin saber losmotivos.
Originario de Cuauhtémoc,Chihuahua, Armando señaló que toda su familia está en EstadosUnidos y este evento es una oportunidad y una bendición por estarestos cuatros minutos con su familia.
Vale la pena venir desdeCuauhtémoc, donde sea pero estar con la familia aunque sea unminuto, tres o cuatro minutos, es una gran bendición, comentó elpadre de familia.
“Me voy muy triste, es muydifícil superar este distanciamiento, la separación con mis hijosy mi esposa, así como están estas personas en esta situación, yono lo he podido superar, pero tenemos que echarle ganas”, dijocon lágrimas en los ojos.
El mayor de los hijos de Armando quelo superaba en estatura y peso, se balanceó hacia él, quiencargó a su hijo por unos segundos sin dejar de decirle lo tantoque lo ama y lo extrañaba.
Su esposa no dejaba de contemplarloy abrazarlo una y otra vez, mientras Armando le acariciaba surostro, limpiándole las lágrimas de los ojos que eran cubiertospor lentes oscuros.