*Las calles han sido tomadas por centenares de personajes deleyenda
Eduardo Hernández, Diario de Querétaro
CORREGIDORA, Qro. (OEM-Informex).- Los gritos y las carcajadasresuenan en los adoquines de El Pueblito, las calles han sidotomadas por centenares de personajes salidos de leyendas urbanas,cuentos de hadas, de terror, episodios históricos, comediaspopulares, películas de miedo, relatos generacionales, tradicionesancestrales y tendencias modernas.
Se trata del Ensaye Real, una de las celebraciones que congregaa los grupos de los inditos, concheros, baltazares y flachicos deCorregidora y algunas otras partes del estado para dar inicio a lasfiestas de la Santísima Virgen de El Pueblito, que cumple 281años de haber sido trasladada al Santuario.
La gente se amontona en las banquetas para presenciar el desfileconformado por una novia peluda, un Chucky ensangrentado, un Shrekacelerado, un Mario Bros con cantimplora, un ranchero extraviado,abuelitas maquilladas, una quinceañera de nombre Ruby, perritosteporochos, diablillos traviesos y caricaturescos personajes comoDonald Trump, el subcomandante Marcos y Enrique Peña Nieto.
La imagen de un pequeño hombre lobo se recorta de lamuchedumbre, retuerce enérgicamente entre sus garras una muñecade plástico con poca ropa y curvas pronunciadas para hacerlachillar con un quejido agudo; un verdugo salido de los días de lainquisición hoy decidió cargar un látigo que desprendeimponentes chasquidos, mismos que intimidan hasta el másdiabólico de los payasos.
Trompetas y tambores resuenan, los versos de la música de bandaacompañan a este destacable grupo denominado “los flachicos”,cuya misión es alegrar la fiesta con elaborados disfracesconfeccionados a mano y representar las promesas que el pueblo lehace a la venerada virgen con estas parodias de conocidasfiguras.
La cara de los espectadores refleja el temor de ser víctima deaquellos rítmicos y despiadados chistes que lanzan a diestra ysiniestra, pero cuando eligen a la próxima víctima, las masasebullen de emoción, “miren bien compañeros, a esta mujer lemolesta lo que versamos, se ve que ha vivido más de 100años”.
La sangre apenas logra colorear parcialmente las mejillas y lacara de la octagenaria mujer se crispa en un gesto de vergüenza,pero las risas de los enfiestados taladran la mueca de timidez parahacerla estallar en risotadas, la mano del hombre ataviado en unvestido de avivados colores planta un puñado de dulces en losarrugados dedos para compensar la abyección momentánea.
La lluvia de caramelos, bromas y carcajadas prosigue en elrecorrido de este carnaval, aquellos que continúan observandoexperimentan el drástico cambio, la vergüenza y el tequila sealejan, un silencio artificial rellena el espacio, algo imponentese acerca.
Camisas rojas y llamativas máscaras del mismo color con largasbarbas, narices puntiagudas y cuernos retorcidos implantan unfabricado, pasajero temor en los observadores, el grupo de losBaltazares domina las vías que hace unos minutos estallaron enregocijos.
Los Baltazares toman parte en esta tradición al representar lalucha contra los indígenas para “la conversión de lahumanidad”, con las máscaras y trajes que ellos mismosconfeccionan, comienzan una batalla para ver quién vencerá,refieren algunos participantes.
Más tarde, la tensión es suplida por un armonioso ambiente yuna tranquila sensación que provoca la presencia del grupo de losinditos, la melodía que acompaña la danza que han comenzadoparece estar inspirada en los colores pastel que salpican lasblusas, faldas, camisas, rebozos y peinados de una multitud querepresenta la devoción y agradecimiento que siente el pueblo porsu virgen.
“Para mí es mi vida entera, porque esto lo traigo desde misancestros, es de generación en generación, somos los protectoresde la Santísima Virgen, no podemos permitir que la ofendan,estamos aquí por amor. Nos ha salvado de muchos detalles,enfermedades y accidentes, son milagros correspondidos con nuestrasdanzas y cantos”, refiere María Luisa Trejo antes de entregarsea la música por completo.