La Secretaria de la Defensa Nacional informó que en los hechos de la Huacana, Michoacan, donde soldados fueron sometidos y desarmados por civiles, se optó porque los militares entregaran las armas que habían decomisado con la finalidad de no provocar una desgracia como la que hubiera ocurrido si hubieran hecho uso de sus armas.
El fin de semana pasado, los militares llevaron a cabo un operativo contra el crimen organizado y habrían disparado en contra de dos personas. Los pobladores realizaron bloqueos en distintos puntos de La Huacana y tras retener y desarmar a los militares les exigieron que les regresaran armas de grueso calibre que les habían decomisado minutos antes. Entre dichas armas se encontraba un fusil Barret calibre 50.
Esta noche y ante la presión de los medios de información, la Sedena dio a conocer una tarjeta informativa en donde señala que en este escenario se tenia la opción de que ingresara un mayor número de efectivos militares para rescatar a sus compañeros, sin embargo, se opto por devolver el armamento que se les había asegurado, con el fin de evitar dañar a la población civil y preservar la vida de los soldados.
El instituto armado refiere que soldados al efectuar un recorrido cerca de la comunidad de Cuimbo en la Huacana, Michoacán, en dos ocasiones fueron objetos de disparos de armas fuego por civiles armados, asegurando cuatro armas largas, cargadores y cartuchos.
Posteriormente al reincorporarse el personal militar a su unidad y al pasar por el centro de la cabecera municipal de la Huacana, la población incluyendo mujere , niños, bloqueo el paso agrediéndolos física y verbalmente reteniendo a un grupo de 11 militares, mientras les exigían también la devolución del armamento que se había asegurado.
Ante esta situación, -refiere la Sedena- y con la finalidad de no provocar una desgracia –como la que hubiera ocurrido si hubieran hecho uso de sus armas- los soldados entregaron sus armamentos.
En uno de los videos que se dieron a conocer en internet se escucha cuando uno de los soldados se comunica con su mando y le dice que los pobladores exigen que le sean regresadas sus armas, incluido el fusil Barret, y la camioneta decomisada. “¡Todo!” claman los pobladores mientras lanzan improperios a los militares.
Tras varios horas retenidos, los militares fueron liberados por los pobladores sin que se registraran mas agresiones.