||Por Yolanda Caballero Jacobo||
Tijuana, BC.- El drama crece en la frontera ante el nuevo arribode más de 700 haitianos en busca de asilo político enEstados Unidos. La noche del domingo durmieronaglutinados fuera del módulo del Instituto Nacional deMigración (INM) en Tijuana en espera deuna cita para iniciar sus procesos, pero durante a la mañana dellunes, la situación se salió de control.
Era la madrugada del lunes y en la calle MelchorOcampo y Primera en la zona Centro, estaba repleta demigrantes haitianos que dormían a la intemperie. Niños, mujeresembarazadas y hombres se acomodaron como pudieron para descansar yse tapaban con cobijas que les fueron donadas. Llegaron por la noche paulatinamente en un camión queellos manifestaron contratar desde Chiapas y queellos pagaron, otros en taxis porque decían que acababan de llegara la central camionera y otros a pie, el primer grupo fue desetenta y poco a poco creció”, sostuvo la directora deAtención al Migrante, RosarioLozada. Apenas comenzaba el amanecer y losmigrantes formaron varias líneas fuera del módulo delINM para que les sellaran sus Oficios deSalida, mismo que marcaba la fecha donde las autoridadesde los Estados Unidos los recibirían para iniciarsus procesos de solicitud de asilo político.
Eran más de 700, según contabilizó la funcionaria municipal.En el intento por llevar un orden y después de comenzar a formaruna fila, la situación se descontroló.
Los migrantes se irritaron ante la espera y se empujaban unos aotros, los gritos y las palabras altisonantes eran cada vez másintensas. El despliegue por parte de la Secretaría deSeguridad Pública Municipal (SSPM) para poner orden fueinsuficiente. La cinta amarilla para acordar el área terminaba enel piso. Todos querían que sus documentos fueran sellados.
“Es un grupo muy difícil de poder controlar, no hacer caso nia las instrucciones de seguridad pública, ni a nosotros, ni alGrupo Beta, todos quieren ser los primeros entodo, no hay orden, no se respetan entre hombres, mujeres o niños,es de verdad difícil poderlos controlar porque no aceptan ningunainstrucción”, destacó Rosario Lozada en mediodel desorden.
Algunas haitianas al ver que las mujeres embarazadas eran lasprimeras en atención, se colocaron camisetas o suéteres fingiendoque estaban en cinta pero fueron detectadas por las autoridadeslocales y tuvieron que esperar sus turnos.
En una fila estaban los hombres y todos permanecían juntos,abrazándose unos a otros para que nadie más intentara meterse ala fila. Aún así comenzaban a empujarse entre ellos. El sudorescurría en sus frentes y la desesperación los invadía.
En otras dos líneas había mujeres con el rostro agotado.Algunas traían niños y niñas, la mayoría de dos y cuatro años.Los menores comenzaban a llorar porque con el transcurrir de lamañana, el sol era más intenso y muchos ni siquiera habíandesayunado. Las mujeres se avientan, golpean yno les importa que haya niños, no tienen una cultura de orden.Para nosotros cada vez más nos es difícil controlarlos”,expresó la titular de Atención alMigrante. Casi al mediodía, las autoridadeslograron entregar al menos 700 sellos en sus oficios de salida.
Por ahora todos los migrantes tendrán que esperar casi un mes,varados en la ciudad porque iniciarán sus procesos hasta elpróximo 1 de noviembre.
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