Esta mañana se realizó el traslado de reos del Centro Federal de Readaptación Social número 2 de Occidente, mejor conocido como Puente Grande, hacia las instalaciones de la Base Aérea Militar en Zapopan, de donde serán trasladados a otra prisión federal.
A a las 6:20 horas, un camión blindado, conocido como "rinoceronte", salió del penal escoltado por unas 20 unidades de la Guardia Nacional.
Tomaron la carretera a Zapotlanejo, posteriormente continuaron por la calzada Lázaro Cárdenas y siguieron por avenida Vallarta hasta avenida Aviación, en donde dieron vuelta a la derecha para llegar a hasta la Base Aérea. Ahí, subieron a los reos en un avión para trasladarlos a otros reclusorios federales.
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Este lunes, el Gobierno federal anunció el cierre definitivo del penal de Puente Grande, famoso porque ahí se dio la primera fuga del capo del narcotráfico Joaquín El Chapo Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa.
De acuerdo a lo publicado en el Diario Oficial de la Federación, el penal de máxima seguridad se desincorpora del Sistema Penitenciario Federal.
El reclusorio federal de Puente Grande nació en 1993 como parte de un proyecto de cárceles de máxima seguridad para contener a reos considerados como de alta peligrosidad. Era el segundo a nivel nacional, después solo del penal federal del Altiplano.
Trascendió más por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, en 2001, y por los personajes que llegó a hospedar, que convirtieron ese sitio en una bomba de tiempo que el 1 de julio de este año tuvo que ser desactivada con el traslado urgente de 380 reos.
Ya estaba subutilizado. Desde hace dos meses los dormitorios 1 al 4 estaban vacíos, sólo se ocupaban los dormitorios 5 al 8. A la fecha había 376 internos, según los cuadernos mensuales de información estadística penitenciaria nacional.
De acuerdo con Samuel González, ex titular de la Unidad Especializada de Delincuencia Organizada, el cierre del penal de Puente Grande obedece a lo costoso que le significaba al Gobierno federal mantenerlo en funcionamiento y a la caída en las estadísticas de la población penitenciaria a la luz de los programas de no abuso de la pena de prisión. Sostiene que, comparado con lo que cuesta un penal público-privado, “Puente Grande sí era muy costoso”.
“El hecho que se cierre Puente Grande, tiene que ver con una relación de costo-beneficio y entre el gobierno y lo privado. Los penales que quedan sin la iniciativa privada son más costosos de manejar y han determinado que el modelo publico privado funciona mejor”, dice el especialista en temas de seguridad.
||Con información de Víctor Manuel Chávez y Manrique Gandaria||
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