TUXTLA GUTIÉRREZ. Los conflictos agrarios en Chiapas demandan el tratamiento adecuado para recuperar la paz, la estabilidad social y la seguridad de la población, donde siguen pendiente al menos cinco casos visibles que han ocasionado pérdida de vidas humanas, lesionados, desplazados y permanente tensión, señaló el diputado local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) Fidel Álvarez Toledo.
El legislador sostiene que todos reclaman la mayor atención por parte de las instituciones federales, los asuntos que resaltan a la vista es la disputa de 60 hectáreas de tierras entre los municipios indígenas de Chenalhó-Aldama.
Pero también, la sobreposesión de la tenencia de la tierra entre los municipios indígenas de Chenalhó-Chalchihuitán, que se remonta a 1975 y que involucra a casi 300 hectáreas.
De acuerdo con el legislador de Cintalapa, los conflictos requieren de la fuerza del Estado mexicano en su justa dimensión para la solución, las víctimas en todos son indígenas, como lo que ocurre entre comuneros de Chiapas-Oaxaca en la región de Los Chimalapas.
Ahí, la sobreposesión de la tenencia de la tierra afecta a una veintena de comunidades chiapanecas y una superficie de casi 400 mil hectáreas que se disputan con San Miguel y Santa María Oaxaca, caso en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero sin solución.
Por otra parte, en la zona de influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), propietarios rurales demandan la devolución de sus tierras tomadas desde el 1 de enero de 1994.