Monterrey, Nuevo León.- Este martes iniciaron los trabajos de demolición de las instalaciones de Topo Chico, famoso centro penitenciario que por 76 años fue escenario de motines, muertes, extorsiones y autogobierno de los internos.
Con maquinaria pesada se pusieron en marcha los trabajos en uno de los pabellones en el que trabajadores desmantelaron las celdas.
El pasado 30 de septiembre, Topo Chico fue cerrado y los internos fueron trasladado a otros penales existentes en la entidad. Por mes y medio se permitió que la gente visitara el lugar, sin embargo, el 15 de diciembre se cerraron nuevamente las puertas.
Tras la demolición de Topo Chico, el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón "El Bronco" anunció que en el sitio se construirá un megaparque y el Archivo General del Estado.
Uno de los hechos violentos más recordados en el centro penitenciario, fue el motín registrado el 11 de febrero de 2016, en el que 49 reos perdieron la vida y decenas más resultaron heridos luego de un enfrentamiento entre grupos del crimen organizado por el control del penal.
Jaime Rodríguez Calderón "El Bronco", primer gobernador independiente en el país, explicó que el motín se debió a que integrantes del Cártel de Golfo se enfrentaron contra miembros del grupo criminal Los Zetas, como represalia por la muerte de Jorge Hernández Cantú, El Comandante Cero.
El penal fue inaugurado el 3 de octubre de 1943 por el entonces gobernador Bonifacio Salinas Leal, se abrió con cupo para 600 internos y ahí fue trasladada la población del antiguo penal, situado en parte de lo que hoy es la Alameda, pero al paso de los años sufrió deterioro y sobrepoblación, lo que produjo constantes motines, epidemias y siniestros, como el incendio por el uso de veladoras que en diciembre de 1988 provocó la muerte de 19 internos.
Otros de los acontecimientos que marcaron a Topo Chico, fue el motín de 1980 cuando internos asesinaron al director del penal, Alfonso Domene, ello luego de haberlo tomado como rehén.
El gobernador Alfonso Martínez Domínguez solicitó el apoyo federal y llegó el entonces policía Miguel Nazar Haro, quien entró al patio y acabó con los dos internos que encabezaron el secuestro. Años después estuvo preso acusado de la muerte de líderes de la Liga 23 de Septiembre en la época de la guerrilla en los años setenta.
Otro de los internos que estuvieron en el penal fue, en 1997, el banquero y presidente del Club Rayados de Monterrey, Jorge Lankenau, también estuvo por años acusado de fraude.
Más reciente, el exseleccionado nacional y exjugador de Rayados y Chivas, Jesús Cabrito Arellano, también pasó semanas acusado de abuso sexual.