Construida en 1527, la Capilla de la Expiración es considerada la más antigua de la región.
El sitio, es sin duda, uno de los primeros grandes esfuerzos de promover el Catolicismo por parte de la Orden Franciscana en esta región y en América Latina.
Desde que se creó fue un espacio abierto donde se realizaban actos religiosos. En la Capilla se conserva el Cristo original, de la misma manera, que las campanas que se encuentran en la parte exterior a lado izquierdo.
Edificada en el siglo XVI, y ubicada en el barrio de Zapotlán de Allende, en Tulancingo, Hidalgo, este “monumento vivo”, siempre tiene un vigilante, es cariñosamente llamado “Don Mere”.
Ya con 40 años en el sitio, empezó de voluntario. Y, aunque se nota enfermo, Don Hermenegildo Cano de casi 90 años de edad, se dedica al cuidado de la capilla. “Yo llegué a evangelizar a la colonia, me preparé en Catedral junto con otras personas”
“Dios me entregó las llaves para que cuidara esta Capilla”
Originario de Zacacuatla, Puebla, radica desde hace 70 años en Tulancingo, y agrega: “Me siento orgulloso por estar aquí en este monumento”, advierte con humildad
Esta ermita, obtuvo el nombre por el Señor de la Expiración, figura que fue traída se desconoce el origen- y que mucha gente comenzó a creer en él y atribuirle milagros.
Ganó en el siglo XVII, -no solo por los habitantes de esta ciudad de Tulancingo sino de otras poblaciones de Hidalgo y Puebla desde mediados de 1700-, gran
popularidad.
El lugar ha sido motivo de restauración, sin embargo, la esencia no se ha perdido. Es pequeño, apenas caben unas bancas en el monumento, el que por cierto, tiene su fiesta anual siempre en marzo, pero ya se alistan para el próximo mes y celebrar igual como en muchas iglesias de México, a la Guadalupana.
Lugar histórico, uno de los protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, pero tuvo una reconstrucción, donde se dice, se perdió toda la
originalidad de su época.
Se sabe que el ábside de muros de mampostería que sostienen la cúpula con linternilla, corresponde a la primera etapa constructiva.
ORIGINALMENTE ERA UNA ERMITA
Incluso, la fachada cuenta con algunas remodelaciones: piso de mosaico, muros con cal y pintados a los cuales ya se les nota otra vez la humedad, y el paso del tiempo. También tiene dos repisas laterales y en el área del presbiterio está el piso de duela o madera, y está desnivelado.
Aún sigue siendo visitado por la gente de la colonia, pero igual por visitantes, forma parte del turismo religioso. Pensar que de este punto salieron los evangelizadores del Valle de Tulancingo a otras tierras, llevando la fe. Los franciscanos emprendieron sus expediciones a distintas partes de Hidalgo y regiones del país.
Todavía hay quien conserva un tríptico, el cual a fin de no perder la historia del sitio, ha venido reproduciendo en fotocopias y donde se habla del templo hecho de mampostería y tezontle. La Capilla de la Expiración depende de la Catedral Metropolitana de Tulancingo, es parte fundamental del origen de la Arquidiócesis.