De crecer silvestre en la sierra mixteca a la alta cosmética. Dos poblanas, estudiantes del Tec de Monterrey, han utilizado la planta tlachichinola para crear una crema que acelera la cicatrización, desinfecta heridas y retrasa el envejecimiento.
Gabriela Rivera y Daisy Hernández, ambas de 23 años y alumnas de ingeniería en biotecnología, están desarrollando Verbé, una línea de cosméticos en la que OmniumCell, nombre tentativo, es el producto estrella. Esta crema está elaborada con tlachichinola (cuya denominación científica es Tournefortia hirsutissima), un manojo de hojas verdes utilizado por los poblanos como remedio casero para heridas, úlceras y quemaduras.
“Se usa para curar heridas, las personas que tienen gastritis toman tés elaborados con esta planta, cuando se lastiman se ponen esta plantita sobre la lesión”, ejemplifica Daisy, originaria de Tecomatlán, donde la tlachichinola es muy conocida. “Solo se sabía a través de la cultura popular que era muy útil para estos casos, pero por qué sí funciona nadie lo sabía”.
Un estudio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) decía que la planta podía ser utilizada para tratar el pie diabético y, desde ahí, las universitarias comenzaron, primero como proyecto académico y ahora como plan de vida, a tirar del hilo. “Nos preguntamos, si la planta es tan buena, ¿por qué no se había estudiado anteriormente? Resulta que la tlachichinola solo crece en México y en parte de Centroamérica, no crece en Asia, ni en África ni en ningún otro continente. Por eso no era tan conocida”, añade Gabriela.
Horas y horas de investigación con ayuda de su maestra Lorena Sánchez, pruebas en laboratorio y mucha paciencia les ayudaron a desentrañar el misterio. La planta contiene gamma sitosterol, un compuesto tan difícil de pronunciar como útil para la salud, pues desinfecta y cura heridas. “El gamma sitosterol retiene la glucocorticoides, que son unas hormonas que retrasan la cicatrización y hace que los queratinocitos se regeneren más rápido, acelerando el proceso de cicatrización”, explica Gabriela.
A este extracto, le añadieron betacaroteno y vitamina A, ingredientes que favorecen aún más la regeneración de tejidos cutáneos y manteca de karité y aceite de argán para dar a la crema una textura suave. No es todo: OmniumCell traspasó la concepción de una mera crema para la curación de heridas para convertirse en un ansiado producto de alta
cosmética. “Originalmente pensamos que serviría solo para heridas, pero por accidente descubrimos que genera muy buena hidratación y favorece la fabricación de colágeno a través de precursores que evitan que nuestras células dejen de crearlo”, recuerda.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
La investigación sobre tlachichinola fue publicada por la revista científica Medical and Aromatic Plants, una de las más prestigiosas sobre la materia a nivel internacional. El estudio explicaba cómo la crema inhibe al Staphylococcus aureus, una bacteria que retrasa la cicatrización de heridas. Las universitarias, que tomaron diplomados de biocosmética en Francia para ampliar sus conocimientos, han sido incluso invitadas a varios congresos en Reino Unido, Malasia y Holanda para presentar su proyecto.