“Piensan que esto es un arma”, dice el fotoperiodista Ramsés Mercado para referirse a su cámara. “Y no debería ser así, es nuestra herramienta”, reprocha. Se sumó a la manifestación que hicieron diferentes grupos de colegas frente a la Fiscalía este jueves.
Mientras testifica, al pie del monumento a la justicia, una mujer activista realiza una protesta simbólica encadenándose al concreto, y se pinta el cuerpo de rojo para asemejar la sangre.
“No sabemos lo que nos espera cuando salimos a cubrir una nota, no sabemos nada cuando salimos de nuestra casa”, repone el fotógrafo.
Ramsés es camarógrafo de Megacanal y reportero del portal Viceversa Noticias. Siempre carga su mochila a la espalda, con su gafete de prensa en el bolsillo del pantalón. En el Estado de México en medio de una cobertura, esa es la única garantía para evitar agresiones.
“Un lápiz no es un arma, como no lo es una grabadora, pero a veces es lo único que tienes para protegerte y debes aguantar”, reprocha.
La protesta se incitó por el asesinato del periodista Nevith Condés Jaramillo el sábado 24 de agosto en el municipio de Tejupilco, a quien le perforaron el cuerpo con 100 cuchillas, según la última versión dada a conocer por el fiscal Alejandro Gómez.
Sobre la explanada de acceso a la Fiscalía, se juntaron unos 50 reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Llegaron del Valle de México y el sur del estado.
“Cuando intentas hacerte de contactos, terminan invitándote a salir”, dice Tania Contreras, “no, no va por ahí, es asunto profesional”, reprocha la fotoperiodista sobre el acoso que vive en la fuente de nota roja.
“Es increíble que cada crimen a periodistas quede impone, es increíble que las autoridades no hagan nada”, vuelve a reponer Tania.
Ella, al igual que Ramsés, siempre carga su mochila a la espalda, usa ropa cómoda con tenis y playera. Sabe que en cualquier momento le toca correr o, empujones entre policías y manifestantes, como ejemplo de escenarios. Otras ocasiones es más difícil.
La movilización es vigilada por los vigías del gobierno, quienes identifican a la mayoría de reporteros.
De acuerdo con el conteo de colectivos y asociaciones de periodistas, en lo que va del 2019 en el país, se cuantificado 12 asesinados de comunicadores y reporteros.
José Coahuila, reportero del portal Gran Angular, explica que en medio de la falta de garantías para ejercer, se está normalizando la violencia entre el gremio, al aparentar que son “gajes” del oficio el ser amedrentados.
“No podemos dejar que las agresiones se normalicen, que digamos que son gajes del oficio, hay que quitarnos esas palabras del vocabulario”, recrimina el periodista al participar en la manifestación.
Le han tocado agresiones de forma continua cuando realiza sus transmisiones para redes sociales. Sobretodo en la cobertura de nota roja.
“Muchas veces la gente nos dice que no lo merecemos, pero todos los compañeros sabemos cómo debemos actuar en una escena del crimen, nos ha tocado que los oficiales nos bajen la cámara para no documentar, y eso es muy común”, apunta José.
“La represión comienza desde tener un comunicador como éste”, dice una compañera entre el tumulto, al momento en que se elige a un grupo de periodistas para ingresar a dialogar.
En la manifestación hacen falta la mayoría de los reporteros que cubren nota roja. A ellos pocas veces se les invita por la desorganización de las protestas. Esta vez lo importante es el caso de Nevith. Aunque a diario en las coberturas quedan en anónimo agresiones que no pasan de un “no puedes grabar” o detenciones sin causa.
Tan sólo este año en Toluca tres detenciones de reporteros se registraron en medio de coberturas, sin que hubiera sanciones en contra de los policías responsables.
Tras la manifestación de este jueves, un grupo de periodistas ingresó a la Fiscalía para sostener una reunión con las autoridades.
Se informó que se solicitó medidas cautelares para la familia de Nevith Condés y de los empleados del Observador del Sur con ayuda de la Guardia Nacional.