CANCÚN.- La Procuraduría General de la República (PGR) así como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizaron una inspección en el predio donde se pretende construir el hotel Gran Solaris, en el kilómetro 17 de la zona hotelera, es decir, en la ventana al mar más importante de Cancún, por presuntas irregularidades.
Se trata de la respuesta a las denuncias interpuestas por supuestos daños ambientales durante las obras de delimitación del predio donde se construirá el hotel.
Activistas ambientales dijeron en entrevista que aunque esta diligencia es en respuesta a las denuncias hechas, así como a la presión social en redes, también sirvió para alertar a la empresa constructora a que corrigiera las violaciones ambientales evidentes como la colocación de pilotes de madera hincados en la arena a menos de medio metro de la zona de anidación de tortugas.
Los inspectores de ambas dependencias estuvieron en el predio, recorrieron el cercado instalado por la empresa constructora, además de que tomaron fotos y se entrevistaron con personal de la edificación.
Luego de que ambientalistas se pronunciaran contra el cerco del lote 52 contiguo a la playa pública “Delfines” mejor conocida como “El Mirador” (lote 56). Se trató de constatar el estado de 60 nidos de tortuga marina, zona de anidación del quelonio en este destino turístico.
En el predio sujeto a “inspección y verificación” se construirá el Hotel Gran Solaris Cancún, un proyecto turístico que consta de un edificio de 14 niveles, planta baja y sótano, con 449 habitaciones, una suite, lobby, sport bar, restaurantes, snack, alberca, teatro, kids club, juniors club, salónes, spa, gimnasio, cancha deportiva multiusos, pool bar, pabellón de bodas y jacuzzi, todo ello distribuido en un lote con una superficie de 18 mil 844 metros cuadrados.
El delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Quintana Roo, confirmó que el proyecto tiene la autorización de impacto ambiental desde mediados de 2017 así como los permisos de construcción por parte del ayuntamiento de Benito Juárez, sin embargo, y pese a las evidencias gráficas, aseguró textualmente que: “nosotros autorizamos meramente la parte del predio que se encuentra en propiedad privada, el proyecto no se realizará en área de playa ni de anidación de tortugas”.
Adelantó que en caso de que se encuentren violaciones a las condicionantes ambientales bajo las que fue autorizado este proyecto la Profepa deberá proceder conforme de derecho.
Sánchez Tajonar, dijo que el lote 52 contiguo al “Mirador” ya está perturbado y sin vegetación desde hace tiempo, además que se localiza dentro de la Zona Urbana y no dentro de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), por lo que no afecta ni la zona de playas, ni de anidación de tortugas.
Sin embargo, la ambientalista Katerine Ender Córdova, titular de la Asociación Civil Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, señaló que el área cercada es contigua a una zona de anidación de tortugas, donde al menos se encuentran huevos en proceso de eclosión, razón por la cual interpuso una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República (PGR), con el objetivo de frenar la construcción, un proyecto que en caso de que no respetar y cumplir las condiciones señaladas dentro del resolutivo de SEMARNAT la PROFEPA haría lo conducente.
La obra sería desarrollada por trabajadores del ramo de la construcción adheridos al sindicato de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), la cual se sumaría a la cadena hotelera Gran Sirenis e iniciaría una vez concluya el proceso de eclosión de los huevos del quelonio, ello para garantizar la supervivencia y de especies aledañas a la zona, como la iguana.
La Manifestación de Impacto Ambiental aprobada por Semarnat refiere que “durante la temporada de arribo y anidación de las tortugas marinas, así como en el periodo de desarrollo de los huevos y eclosión de las crías, se realizaran actividades para prevenir y/o mitigar el impacto hacia estas especies, como la iluminación del lado de la playa, la cual deberá ser de baja intensidad; además de remover cualquier elemento que pueda obstaculizar el arribo de las tortugas, prohibir el acceso de fauna exótica a la zona de arribo y anidación; además de que en la medida de lo posible se promoverá el crecimiento de vegetación nativa.
“Asimismo se vigilará que los huéspedes no toquen, manipulen, acosen, molesten o dañen a las tortugas marinas, que no se tomen fotografías con flash, se prohibirá el uso de cualquier fuente de iluminación, se vigilará que los visitantes permanezcan a un mínimo de 10 m de distancia de la tortuga”.
Según el criterio URB-53 de la NOrma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, “las obras y actividades que son susceptibles de ser desarrolladas en las dunas costeras deberán evitar la afectación de zonas de anidación y de agregación de especies, en particular aquellas que formen parte del hábitat de especies” identificadas protegidas por la misma norma oficial.
Ante la norma expresa y las evidencias gráficas de que la obra se encuentra a escasos centímetros de la anidación de tortugas, los promoventes del proyecto hotelero aseguran textualmente que: “el desplante y las actividades del proyecto evitaran la afectación de zonas de anidación y de agregación de especies, poniendo mayor atención al hábitat de las especies listadas en la NOM-059- SEMARNAT-2010”, según se lee en la MIA aprobada por Semarnat.
