Puebla promete aclarar asesinatos de dos estudiantes

Tanto el gobierno del estado como la Fiscalía de Puebla, se comprometieron a mantener la comunicación con el cónsul general de Colombia, Luis Oswaldo Parada Prieto, sobre los avances de la investigación del al asesinato de dos estudiantes de intercambio provenientes de ese país, aseguró el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Tras las declaraciones del diplomático colombiano, quien en entrevista con El Sol de México consideró inverosímil, pero respetable, la línea de investigación sobre la riña por un sombrero azul que pudo detonar el asesinato de los dos estudiantes de intercambio, además de un veracruzano y un conductor de Uber; el gobernador señaló que mantendrá comunicación institucional si existiera alguna observación sobre la indagatoria.

“Tenemos contacto con el cónsul, con el embajador, mantenemos una comunicación institucional con el gobierno de Colombia y si existe alguna observación sobre las investigaciones pues vamos a tener la comunicación institucional, hoy mismo yo hablaré con el cónsul y le pediré al fiscal que siga enviado información”, indicó.

Los dos estudiantes de medicina fueron asesinados la madrugada del pasado 24 de febrero en la localidad de Santa Ana Xalmimilulco, Puebla.

De acuerdo con las primeras investigaciones de la Fiscalía poblana, los jóvenes asistieron al Carnaval de Huejotzingo donde tuvieron un pleito por el sombrero de la víctima Ximena. Posteriormente, alrededor de las 10 de la noche solicitaron un Uber para que los llevara a Puebla, pero horas después fueron encontrados muertos con heridas de bala.

Tres personas fueron detenidas por los hechos, en los que también fueron asesinados el también estudiante de medicina Francisco Javier “N”, de 22 años, oriundo de Veracruz; y el poblano José Manuel “N”, de 28 años, quien era conductor del Uber que las víctimas solicitaron para que los llevara a Puebla.

El cónsul Parada Prieto señaló en la entrevista que los colombianos se encontraban desde agosto pasado prestando servicio en el Hospital General de Cholula y provenían de la Universidad Unisánitas de Bogotá.

Ambos ejercían como médicos internos en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quienes estaban culminando su año de internado.