/ sábado 9 de diciembre de 2017

Unesco declaró al municipio de Yanga como Sitio de Memoria de Esclavitud

Existen pueblos como El Mirador y San Miguel El Grande, en donde los rasgos de los habitantes son muy marcados hacia la raza negra

La Unesco declaró al municipio de Yanga como Sitio de Memoria de Esclavitud y de las contribuciones de los grupos afrodescendientes a la cultura e historia de México y el mundo.

En Yanga coincidieron negros procedentes de Sierra Leona, Guinea y Congo que comenzaron a arribar a México desde el año 1540, además de aquellos que hablaban lenguas de la rama Bantú, dominante en el centro de África.

Los negros cimarrones fundaron un pueblo, dejaron descendencia y heredaron en la zona centro usos y costumbres de su lugar de procedencia y que hoy son parte de las tradiciones del municipio de Yanga, también conocido como San Lorenzo de los Negros.

Hoy, con el nombramiento otorgado por la Unesco, se dimensiona la importancia de los negros a la cultura mexicana, incluso la charrería que se le debe a los afros.

Existen pueblos como El Mirador y San Miguel El Grande, en donde los rasgos de los habitantes son muy marcados hacia la raza negra, descendientes de los trabajadores de la antigua hacienda de San Miguel El Grande.

Entre Omealca y Tezonapa hay comunidades como La Laja y Río Moreno, en donde queda población de piel oscura y que son constancia de la importancia e influencia que tuvo Yanga y su grupo de cimarrones en toda la zona centro.

El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, externó en respuesta al nombramiento de la Unesco que este nombramiento es una “muestra que en nuestro país estamos muy interesados en recuperar nuestra raíz africana, componente fundamental para entender la diversidad e historia de la nación. Las luchas que se han desarrollado desde la época virreinal por una sociedad más justa e igualitaria”.

 

El negro Yanga, mito y leyenda

 La historia del negro Yanga está basada en relatos, mitos y leyendas según estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Lo único que buscó la corona española fue sofocar la rebelión, pero sin darle un reconocimiento al líder de la revuelta llamándolo por su nombre, lo que evitó que existiera constancia escrita de su existencia.

Datos históricos refieren que a mediados de 1608 se creó una expedición para sofocar la revuelta de los cimarrones. Partió de Puebla y llegó a la zona de Naranjal y Río Blanco encontrando solo aldeas con mujeres y niños, pero no a los belicosos negros. Después de dos meses de búsqueda fueron los negros quienes capturaron a un capitán y lo enviaron con una carta para el rey de España en la que pedían varias cosas.

Entre las demandas de los renegados se encontraban que los dejaran establecerse en un lugar donde vivir en libertad, ser gobernados por el negro Yanga y sus descendientes, también aceptaron la religión católica y solo a los franciscanos. Finalmente se comprometieron a no aceptar más esclavos fugados.

Sobre la muerte de Yanga se habla que lo mandaron llamar a la ciudad de México a una junta con el virrey y en ese momento se da un rumor sobre una rebelión de negros que matarían a sus amos. Los españoles deciden matar a Yanga.

La otra versión es que fue ejecutado por los pobladores de Córdoba por quienes hacían expediciones para ‘cazar’ negros. La última versión es que murió de viejo, pero ninguna tiene solidez y actualmente se mantienen como meras especulaciones.

Yanga no vuelve a parecer en registro alguno de la historia. El doctor Antonio González de León ubica un acta de bautizo del hijo de Yanga, quien se llamó Gaspar Yanga, siendo su padrino precisamente Gaspar de Rivadeneira, terrateniente de la zona centro de Veracruz.

La de Yanga es una historia que se construyó por la tradición oral, historias redimidas por los jesuitas. Después la retoma un nieto del general Vicente Guerrero y don Vicente Rivapalacio, historiador notable del siglo 19 para crear una leyenda, en la que se convierte la novela de Los 33 Negros.

Posteriormente, la historia fue retomada por un presidente municipal que inventó que el negro Yanga es un esclavo huido de una hacienda que se dedicaba al cultivo de la caña, lo que se asegura es falso.

 

Los africanos en la economía de la colonia

 Los negros traídos de África eran diestros en el cultivo de la caña, además que eran los encargados de manejar el ganado. Inclusive la charrería mexicana tiene sus raíces en las prácticas de los negros.

Los afroamericanos traídos a la zona centro inicialmente los trajeron como servidumbre de las casas y para criar el ganado. Hasta el siglo XVI se comenzaron a usar esclavos negros para el cultivo de la caña de azúcar.

En 1570 no había haciendas en el valle de Córdoba. Cuando Yanga llegó se cree que se dedicaba a conducir el ganado que pasaba de la cuenca del Papaloapan hacia Puebla, donde se hizo líder de un grupo de esclavos.

El ganado traído de España no se adaptó al clima cálido de la zona centro de Veracruz. Esta tierra se convirtió en un hábitat de esclavos fugados que sobrevivían fácilmente dada la tierra fértil y abundante. A los esclavos fugados les llamaron cimarrones. Ocuparon como zona de refugio las riberas del río Blanco en la región, lo que hoy son los municipios de Omealca y Naranjal.

La corona española impuso condiciones para el traslado de negros a la Nueva España entre ellas que en el trayecto fueran adoctrinados en la religión católica. En los puertos donde los concentraban los obligaron a aprender castellano, además de que los guiaron en la religión católica.

A la villa de Yanga le tocó la globalización mundial. El imperio español fue el primero global. Tenía posiciones desde Filipinas hasta América. Todo lo que ocurrió aquí fue coordinado por los grandes intereses del imperio y por ese motivo se aceleró el mestizaje.

Se perdieron los rasgos de la población y su cultura. A diferencia de otros estados, los negros habían llegado a un lugar de muchos recursos y además en la ruta principal de tránsito de las riquezas dado que Veracruz es la puerta principal hacia el viejo continente o España.

En el caso del negro Yanga se sabe que vivió en un campamento entre Omealca y Naranjal y después se estableció en el valle, propiedad de Gaspar de Rivadeneira, parte de una familia muy importante en España y tesorero real en la Nueva España. La familia tenía muy fuertes lazos en Filipinas y un latifundio impresionante en la zona donde hoy es Tierra Blanca.

Gaspar de Rivadeneira le dio un terreno al negro Yanga para que fundara su villa y ocurre en el territorio de Palmillas en 1554. En ese lugar encuentran grandes problemas como son los moscos y alimañas por lo que pasan a la población de San Lorenzo.

La Unesco declaró al municipio de Yanga como Sitio de Memoria de Esclavitud y de las contribuciones de los grupos afrodescendientes a la cultura e historia de México y el mundo.

En Yanga coincidieron negros procedentes de Sierra Leona, Guinea y Congo que comenzaron a arribar a México desde el año 1540, además de aquellos que hablaban lenguas de la rama Bantú, dominante en el centro de África.

Los negros cimarrones fundaron un pueblo, dejaron descendencia y heredaron en la zona centro usos y costumbres de su lugar de procedencia y que hoy son parte de las tradiciones del municipio de Yanga, también conocido como San Lorenzo de los Negros.

Hoy, con el nombramiento otorgado por la Unesco, se dimensiona la importancia de los negros a la cultura mexicana, incluso la charrería que se le debe a los afros.

Existen pueblos como El Mirador y San Miguel El Grande, en donde los rasgos de los habitantes son muy marcados hacia la raza negra, descendientes de los trabajadores de la antigua hacienda de San Miguel El Grande.

Entre Omealca y Tezonapa hay comunidades como La Laja y Río Moreno, en donde queda población de piel oscura y que son constancia de la importancia e influencia que tuvo Yanga y su grupo de cimarrones en toda la zona centro.

El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, externó en respuesta al nombramiento de la Unesco que este nombramiento es una “muestra que en nuestro país estamos muy interesados en recuperar nuestra raíz africana, componente fundamental para entender la diversidad e historia de la nación. Las luchas que se han desarrollado desde la época virreinal por una sociedad más justa e igualitaria”.

 

El negro Yanga, mito y leyenda

 La historia del negro Yanga está basada en relatos, mitos y leyendas según estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Lo único que buscó la corona española fue sofocar la rebelión, pero sin darle un reconocimiento al líder de la revuelta llamándolo por su nombre, lo que evitó que existiera constancia escrita de su existencia.

Datos históricos refieren que a mediados de 1608 se creó una expedición para sofocar la revuelta de los cimarrones. Partió de Puebla y llegó a la zona de Naranjal y Río Blanco encontrando solo aldeas con mujeres y niños, pero no a los belicosos negros. Después de dos meses de búsqueda fueron los negros quienes capturaron a un capitán y lo enviaron con una carta para el rey de España en la que pedían varias cosas.

Entre las demandas de los renegados se encontraban que los dejaran establecerse en un lugar donde vivir en libertad, ser gobernados por el negro Yanga y sus descendientes, también aceptaron la religión católica y solo a los franciscanos. Finalmente se comprometieron a no aceptar más esclavos fugados.

Sobre la muerte de Yanga se habla que lo mandaron llamar a la ciudad de México a una junta con el virrey y en ese momento se da un rumor sobre una rebelión de negros que matarían a sus amos. Los españoles deciden matar a Yanga.

La otra versión es que fue ejecutado por los pobladores de Córdoba por quienes hacían expediciones para ‘cazar’ negros. La última versión es que murió de viejo, pero ninguna tiene solidez y actualmente se mantienen como meras especulaciones.

Yanga no vuelve a parecer en registro alguno de la historia. El doctor Antonio González de León ubica un acta de bautizo del hijo de Yanga, quien se llamó Gaspar Yanga, siendo su padrino precisamente Gaspar de Rivadeneira, terrateniente de la zona centro de Veracruz.

La de Yanga es una historia que se construyó por la tradición oral, historias redimidas por los jesuitas. Después la retoma un nieto del general Vicente Guerrero y don Vicente Rivapalacio, historiador notable del siglo 19 para crear una leyenda, en la que se convierte la novela de Los 33 Negros.

Posteriormente, la historia fue retomada por un presidente municipal que inventó que el negro Yanga es un esclavo huido de una hacienda que se dedicaba al cultivo de la caña, lo que se asegura es falso.

 

Los africanos en la economía de la colonia

 Los negros traídos de África eran diestros en el cultivo de la caña, además que eran los encargados de manejar el ganado. Inclusive la charrería mexicana tiene sus raíces en las prácticas de los negros.

Los afroamericanos traídos a la zona centro inicialmente los trajeron como servidumbre de las casas y para criar el ganado. Hasta el siglo XVI se comenzaron a usar esclavos negros para el cultivo de la caña de azúcar.

En 1570 no había haciendas en el valle de Córdoba. Cuando Yanga llegó se cree que se dedicaba a conducir el ganado que pasaba de la cuenca del Papaloapan hacia Puebla, donde se hizo líder de un grupo de esclavos.

El ganado traído de España no se adaptó al clima cálido de la zona centro de Veracruz. Esta tierra se convirtió en un hábitat de esclavos fugados que sobrevivían fácilmente dada la tierra fértil y abundante. A los esclavos fugados les llamaron cimarrones. Ocuparon como zona de refugio las riberas del río Blanco en la región, lo que hoy son los municipios de Omealca y Naranjal.

La corona española impuso condiciones para el traslado de negros a la Nueva España entre ellas que en el trayecto fueran adoctrinados en la religión católica. En los puertos donde los concentraban los obligaron a aprender castellano, además de que los guiaron en la religión católica.

A la villa de Yanga le tocó la globalización mundial. El imperio español fue el primero global. Tenía posiciones desde Filipinas hasta América. Todo lo que ocurrió aquí fue coordinado por los grandes intereses del imperio y por ese motivo se aceleró el mestizaje.

Se perdieron los rasgos de la población y su cultura. A diferencia de otros estados, los negros habían llegado a un lugar de muchos recursos y además en la ruta principal de tránsito de las riquezas dado que Veracruz es la puerta principal hacia el viejo continente o España.

En el caso del negro Yanga se sabe que vivió en un campamento entre Omealca y Naranjal y después se estableció en el valle, propiedad de Gaspar de Rivadeneira, parte de una familia muy importante en España y tesorero real en la Nueva España. La familia tenía muy fuertes lazos en Filipinas y un latifundio impresionante en la zona donde hoy es Tierra Blanca.

Gaspar de Rivadeneira le dio un terreno al negro Yanga para que fundara su villa y ocurre en el territorio de Palmillas en 1554. En ese lugar encuentran grandes problemas como son los moscos y alimañas por lo que pasan a la población de San Lorenzo.

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