/ sábado 31 de agosto de 2019

Cuchillito de palo | Irresponsabilidad criminal

¿Alguno de estos sátrapas de la 4T, sabrá lo que es tener un hijo con cáncer y no poder acceder al medicamento? Lo sucedido en el Hospital Infantil de México, Federico Gómez, es una auténtica irresponsabilidad criminal.

Mientras AMLO pasea su palmito por hospitales del sur de la República, en esos fines de semana que dedica a continuar la campaña que empezó hace 18 años (¿Le entrará en el caletre, que ya es Presidente?), y les jura a médicos y enfermeras, que todo va a ser como en Jauja, la realidad estruja, ante el culposo desabasto.

En la desesperación, los padres bloquearon el aeropuerto, además de otras manifestaciones. Desgarradora la escena de madres llorosas, que aclararon que, sin el fármaco su hijo podía morir y que el costo ascendía a unos 38 mil pesos, que por supuesto, no tenían. Y allá fue a intentar destrabar el conflicto, un supino ignorante.

Como es notorio que, al Secretario de Salud le importa un cacahuate –qué decir del subnormal al frente de la Cofepris-, enviaron a un funcionarete administrativo. Con todos los dientes, culpó a las autoridades del nosocomio, porque dijo que “no se habían quejado”.

Además de estulto, ciego. Se ha publicado un titipuchal de cartas de los directores de los Institutos de Salud y de los hospitales, quejándose de la problemática que les ha impuesto la austeridad. En el caso del Infantil, además de las misivas hay, desde hace meses, una manta en la fachada en la que explican que no pueden dar todos los servicios, por falta de insumos.

Una mujer valiente, la doctora Mónica Villa Guillén, Directora médica del hospital, (Por menos de eso han corrido a muchísimos funcionarios), aclaró en el programa de Joaquín López Dóriga, que, al indispensable Mexotrate lo tenía detenido la Cofepris, por un problema con el proveedor PISA.

La ineficiencia de este organismo, al frente de un tal José Antonio Novelo, es objeto de los peores comentarios. Se dice que quienes allí colaboran no tienen idea de lo que hacen. Así están la mayoría de los despachos oficiales, en manos de improvisados a los que se premió con cargos.

El mismo Secretario de Salud –Jorge Alcocer- da la impresión de ser ajeno a las necesidades de la población, a pesar de que el riesgo de la desatención, es la vida. Se multiplican los casos de sarampión y salen con que no hay vacuna. Si en algo habíamos avanzado es en esta protección a la niñez, ejemplo a nivel internacional.

El que Alcocer haya dejado a la deriva, a los Institutos como el de cancerología, nutrición, a quienes se les recortó el presupuesto –a extremos de impedirles dar servicio-, habla de su falta de compromiso con la salud de los mexicanos. Y, ¿qué méritos tiene Ada Cristina Laurell, para meter baza en la “recomposición del Sistema de Salud”, cuando AMLO la nombró Secretaria, en el entonces DF y los resultados fueron bastante desastrosos? Falta memoria.

Una mujer, de diálogo imposible y radical a extremos inauditos. Ahora planea y se considera jerárquicamente arriba de Alcocer, mientras el galeno “come moras”.

Eliminaron el Seguro Popular, que mal que bien apoyaba a miles de personas, a las que también dejaron al garete, que porque había corrupción. ¿No es más fácil acabar con la lacra, que desaparecer lo que sí funciona?

Poner las Secretarías en manos de incompetentes es una forma de corrupción y encima, ¡no tardan en meterle mano al cajón! En el caso de los niños enfermos, criminal.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq



¿Alguno de estos sátrapas de la 4T, sabrá lo que es tener un hijo con cáncer y no poder acceder al medicamento? Lo sucedido en el Hospital Infantil de México, Federico Gómez, es una auténtica irresponsabilidad criminal.

Mientras AMLO pasea su palmito por hospitales del sur de la República, en esos fines de semana que dedica a continuar la campaña que empezó hace 18 años (¿Le entrará en el caletre, que ya es Presidente?), y les jura a médicos y enfermeras, que todo va a ser como en Jauja, la realidad estruja, ante el culposo desabasto.

En la desesperación, los padres bloquearon el aeropuerto, además de otras manifestaciones. Desgarradora la escena de madres llorosas, que aclararon que, sin el fármaco su hijo podía morir y que el costo ascendía a unos 38 mil pesos, que por supuesto, no tenían. Y allá fue a intentar destrabar el conflicto, un supino ignorante.

Como es notorio que, al Secretario de Salud le importa un cacahuate –qué decir del subnormal al frente de la Cofepris-, enviaron a un funcionarete administrativo. Con todos los dientes, culpó a las autoridades del nosocomio, porque dijo que “no se habían quejado”.

Además de estulto, ciego. Se ha publicado un titipuchal de cartas de los directores de los Institutos de Salud y de los hospitales, quejándose de la problemática que les ha impuesto la austeridad. En el caso del Infantil, además de las misivas hay, desde hace meses, una manta en la fachada en la que explican que no pueden dar todos los servicios, por falta de insumos.

Una mujer valiente, la doctora Mónica Villa Guillén, Directora médica del hospital, (Por menos de eso han corrido a muchísimos funcionarios), aclaró en el programa de Joaquín López Dóriga, que, al indispensable Mexotrate lo tenía detenido la Cofepris, por un problema con el proveedor PISA.

La ineficiencia de este organismo, al frente de un tal José Antonio Novelo, es objeto de los peores comentarios. Se dice que quienes allí colaboran no tienen idea de lo que hacen. Así están la mayoría de los despachos oficiales, en manos de improvisados a los que se premió con cargos.

El mismo Secretario de Salud –Jorge Alcocer- da la impresión de ser ajeno a las necesidades de la población, a pesar de que el riesgo de la desatención, es la vida. Se multiplican los casos de sarampión y salen con que no hay vacuna. Si en algo habíamos avanzado es en esta protección a la niñez, ejemplo a nivel internacional.

El que Alcocer haya dejado a la deriva, a los Institutos como el de cancerología, nutrición, a quienes se les recortó el presupuesto –a extremos de impedirles dar servicio-, habla de su falta de compromiso con la salud de los mexicanos. Y, ¿qué méritos tiene Ada Cristina Laurell, para meter baza en la “recomposición del Sistema de Salud”, cuando AMLO la nombró Secretaria, en el entonces DF y los resultados fueron bastante desastrosos? Falta memoria.

Una mujer, de diálogo imposible y radical a extremos inauditos. Ahora planea y se considera jerárquicamente arriba de Alcocer, mientras el galeno “come moras”.

Eliminaron el Seguro Popular, que mal que bien apoyaba a miles de personas, a las que también dejaron al garete, que porque había corrupción. ¿No es más fácil acabar con la lacra, que desaparecer lo que sí funciona?

Poner las Secretarías en manos de incompetentes es una forma de corrupción y encima, ¡no tardan en meterle mano al cajón! En el caso de los niños enfermos, criminal.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq



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