/ miércoles 26 de septiembre de 2018

El Hombre que Alimentó al Mundo

Posiblemente muy pocos conozcan la historia de uno de los hombres que más vidas ha salvado en el mundo, El Dr. Norman Ernest Borlaug, fue un ingeniero agrónomo, genetista, fitopatólogo, humanista, y es considerado por muchos el padre de la agricultura moderna y de la revolución verde, nacido en Iowa, Estados Unidos en 1914 y fallecido en septiembre del 2009, hace 9 años.

Sus esfuerzos en los años 1960 para introducir las semillas híbridas a la producción agrícola en México, Pakistán e India provocaron un incremento notable de la productividad agrícola, y algunos lo consideran responsable de haber salvado más de 1,000 millones de vidas humanas.

Su vida, estuvo repleta de extraordinarias paradojas. Su niñez la pasó en las praderas de Iowa, durante la gran depresión, asistiendo a una escuela de una sola aula y luego aspiró a una carrera científica, pero lo suspendieron en el examen de admisión universitario, aunque luego recibiría el premio Nobel de la Paz por impedir la malnutrición, hambruna y muerte de millones de personas.

En 1944, Norman Borlaug se estableció en el Valle del Yaqui, en Ciudad Obregón, Sonora, como jefe del programa de trigo de la Fundación Rockefeller y la Secretaria de Agricultura.

Colaboró en la creación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste, con sede en Texcoco, Estado de México.

En 1970 Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz, único otorgado a una persona dedicado al campo de la agricultura y recibido por su contribución para elevar la producción y evitar la muerte de millones de personas.

Fue nombrado miembro honorario de las academias de ciencias agricolas de 11 naciones, recibió 60 Doctorados Honoris Causa en 28 países. Su estatua comparte sala con otros hombres en el Capitolio de los Estados Unidos.

El Dr. Borlaug consideraba a México su verdadero hogar y en particular al Valle del Yaqui, en Sonora, donde solía decir que ahí se sentía en casa y en paz.

En reconocimiento a su gran contribución en el campo de la agricultura, una importante avenida de Ciudad Obregón, en el Estado de Sonora, lleva su nombre.

El doctor Borlaug demuestra su sabiduría con este comentario: "Es fácil olvidar que la ciencia nos ofrece algo más que una masa de conocimientos y un proceso para aumentarlos. Nos dice no solamente lo que sabemos, sino también lo que no sabemos. Identifica áreas de incertidumbre y nos ofrece un estimado del alcance y gravedad de esa incertidumbre". Otra de sus frases célebres fue “No habrá paz en el mundo con los estómagos vacíos”

Un gran legado dejó el Dr. Borlaug para el mundo, su dedicación, su trabajo y ejemplo han motivado a investigadores a continuar en la búsqueda permanente de elevar la producción de alimentos, tenemos limitaciones de recursos naturales y en base a la ciencia y la tecnología podremos alcanzar las metas para contribuir a la atención de la demanda mundial de alimentos.

Para el 2050 en el mundo habrá más de 9,500 millones de habitantes, según la FAO, debemos de aumentar la producción de alimentos en al menos un 60 % de lo que actualmente estamos produciendo. Será la Agricultura 4.0 la respuesta?

La contribución que nos dejó Norman Borlaug a la Humanidad estableció las bases para continuar con su gran trabajo, un excelente ser humano, icono de la agricultura y también conocido como “ El Hombre que alimentó al Mundo “


Director General del Consejo Nacional Agropecuario.


Posiblemente muy pocos conozcan la historia de uno de los hombres que más vidas ha salvado en el mundo, El Dr. Norman Ernest Borlaug, fue un ingeniero agrónomo, genetista, fitopatólogo, humanista, y es considerado por muchos el padre de la agricultura moderna y de la revolución verde, nacido en Iowa, Estados Unidos en 1914 y fallecido en septiembre del 2009, hace 9 años.

Sus esfuerzos en los años 1960 para introducir las semillas híbridas a la producción agrícola en México, Pakistán e India provocaron un incremento notable de la productividad agrícola, y algunos lo consideran responsable de haber salvado más de 1,000 millones de vidas humanas.

Su vida, estuvo repleta de extraordinarias paradojas. Su niñez la pasó en las praderas de Iowa, durante la gran depresión, asistiendo a una escuela de una sola aula y luego aspiró a una carrera científica, pero lo suspendieron en el examen de admisión universitario, aunque luego recibiría el premio Nobel de la Paz por impedir la malnutrición, hambruna y muerte de millones de personas.

En 1944, Norman Borlaug se estableció en el Valle del Yaqui, en Ciudad Obregón, Sonora, como jefe del programa de trigo de la Fundación Rockefeller y la Secretaria de Agricultura.

Colaboró en la creación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste, con sede en Texcoco, Estado de México.

En 1970 Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz, único otorgado a una persona dedicado al campo de la agricultura y recibido por su contribución para elevar la producción y evitar la muerte de millones de personas.

Fue nombrado miembro honorario de las academias de ciencias agricolas de 11 naciones, recibió 60 Doctorados Honoris Causa en 28 países. Su estatua comparte sala con otros hombres en el Capitolio de los Estados Unidos.

El Dr. Borlaug consideraba a México su verdadero hogar y en particular al Valle del Yaqui, en Sonora, donde solía decir que ahí se sentía en casa y en paz.

En reconocimiento a su gran contribución en el campo de la agricultura, una importante avenida de Ciudad Obregón, en el Estado de Sonora, lleva su nombre.

El doctor Borlaug demuestra su sabiduría con este comentario: "Es fácil olvidar que la ciencia nos ofrece algo más que una masa de conocimientos y un proceso para aumentarlos. Nos dice no solamente lo que sabemos, sino también lo que no sabemos. Identifica áreas de incertidumbre y nos ofrece un estimado del alcance y gravedad de esa incertidumbre". Otra de sus frases célebres fue “No habrá paz en el mundo con los estómagos vacíos”

Un gran legado dejó el Dr. Borlaug para el mundo, su dedicación, su trabajo y ejemplo han motivado a investigadores a continuar en la búsqueda permanente de elevar la producción de alimentos, tenemos limitaciones de recursos naturales y en base a la ciencia y la tecnología podremos alcanzar las metas para contribuir a la atención de la demanda mundial de alimentos.

Para el 2050 en el mundo habrá más de 9,500 millones de habitantes, según la FAO, debemos de aumentar la producción de alimentos en al menos un 60 % de lo que actualmente estamos produciendo. Será la Agricultura 4.0 la respuesta?

La contribución que nos dejó Norman Borlaug a la Humanidad estableció las bases para continuar con su gran trabajo, un excelente ser humano, icono de la agricultura y también conocido como “ El Hombre que alimentó al Mundo “


Director General del Consejo Nacional Agropecuario.


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