/ sábado 22 de agosto de 2020

La moviola | ¿Bad?

Hay personajes que se vuelven nota más allá del momento en el que se aborden: Michael Jackson es uno de estos. Sólido representante de la cultura pop, el cantante nacido en 1958, que falleció en 2009 envuelto en diferentes polémicas, reúne todos los elementos de una historia sin desperdicio: pobreza, explotación, marginación, esfuerzo y gloria; derrumbe y redención. Además, de una muerte prematura: vive rápido, muere joven, deja un cadáver bello; bueno esto último nos los quedó a deber.

En Square one: Michael Jackson( Danny Wu, 2019) lo que importa no es la historia sino el ángulo. Lo novedoso es el punto de vista. Documental que se puede ver en la plataforma Amazon Prime, retoma el mil veces contado primer caso de abuso sexual, acusación que inicia el derrumbe de quien fuera la máxima figura del entretenimiento, pero desde la perspectiva de quien ha sido el victimario, es decir, el punto de vista de Jackson.

Convencional en su manufactura, hasta modesto se diría, el documental desmonta las acusaciones de Jordan Chandler, el primer adolescente que acusó a Jackson y que le costarían al cantante prestigio y muchos millones de dólares.

Woo se sirve de gente, compañeros universitarios de Chandler, entre otros que dan testimonio de cómo el joven bailaba e interpretaba canciones de Jackson en fiestas y en lo privado lo defendía. Se develan vínculos de negocios entre las víctimas que llegaron después para denunciar más abusos del intérprete, en fin. El trabajo guarda distancia –y de hecho lo cita– con Leaving Neverland (Dan Reed, 2019), popularísimo documental sobre el testimonio de dos personas que afirman haber sufrido abuso sexual cuando eran niños por parte del llamado Rey del pop. Es una suerte de contestación, o la otra cara de la moda.

Leaving Neverlad tuvo muy buena recepción a nivel internacional y de hecho se vio por primera vez en el Festival de Sundance, con sus buenas nominaciones después al Emmy. Square one, en cambio, navega en un sutil anonimato, pero esa otra versión de los hechos, es un plato fuerte en sí mismo.

La potencia de los medios de comunicación, el gusto por el escándalo del público, el retrato de un personaje –Jackson– fuera de control y extraño en sí mismo. La cultura de la admiración exacerbada del público que cuando se acerca a su ídolo termina en tragedia. En fin.

En realidad no es un trabajo como Thisisit (Kenny Ortega, 2009) que festeja la vida de Jackson, ya que tiene un tono más bien melancólico. Recuerda un poco el caso de Roscoe Arbuckle, comediante acusado en 1921 de un crimen sexual y después declarado inocente. El primer gran escándalo mediático por cierto.

Por ser un punto de vista diferente Square one, se puede ver. Con el beneficio de la duda, pero a cierta distancia.

Hay personajes que se vuelven nota más allá del momento en el que se aborden: Michael Jackson es uno de estos. Sólido representante de la cultura pop, el cantante nacido en 1958, que falleció en 2009 envuelto en diferentes polémicas, reúne todos los elementos de una historia sin desperdicio: pobreza, explotación, marginación, esfuerzo y gloria; derrumbe y redención. Además, de una muerte prematura: vive rápido, muere joven, deja un cadáver bello; bueno esto último nos los quedó a deber.

En Square one: Michael Jackson( Danny Wu, 2019) lo que importa no es la historia sino el ángulo. Lo novedoso es el punto de vista. Documental que se puede ver en la plataforma Amazon Prime, retoma el mil veces contado primer caso de abuso sexual, acusación que inicia el derrumbe de quien fuera la máxima figura del entretenimiento, pero desde la perspectiva de quien ha sido el victimario, es decir, el punto de vista de Jackson.

Convencional en su manufactura, hasta modesto se diría, el documental desmonta las acusaciones de Jordan Chandler, el primer adolescente que acusó a Jackson y que le costarían al cantante prestigio y muchos millones de dólares.

Woo se sirve de gente, compañeros universitarios de Chandler, entre otros que dan testimonio de cómo el joven bailaba e interpretaba canciones de Jackson en fiestas y en lo privado lo defendía. Se develan vínculos de negocios entre las víctimas que llegaron después para denunciar más abusos del intérprete, en fin. El trabajo guarda distancia –y de hecho lo cita– con Leaving Neverland (Dan Reed, 2019), popularísimo documental sobre el testimonio de dos personas que afirman haber sufrido abuso sexual cuando eran niños por parte del llamado Rey del pop. Es una suerte de contestación, o la otra cara de la moda.

Leaving Neverlad tuvo muy buena recepción a nivel internacional y de hecho se vio por primera vez en el Festival de Sundance, con sus buenas nominaciones después al Emmy. Square one, en cambio, navega en un sutil anonimato, pero esa otra versión de los hechos, es un plato fuerte en sí mismo.

La potencia de los medios de comunicación, el gusto por el escándalo del público, el retrato de un personaje –Jackson– fuera de control y extraño en sí mismo. La cultura de la admiración exacerbada del público que cuando se acerca a su ídolo termina en tragedia. En fin.

En realidad no es un trabajo como Thisisit (Kenny Ortega, 2009) que festeja la vida de Jackson, ya que tiene un tono más bien melancólico. Recuerda un poco el caso de Roscoe Arbuckle, comediante acusado en 1921 de un crimen sexual y después declarado inocente. El primer gran escándalo mediático por cierto.

Por ser un punto de vista diferente Square one, se puede ver. Con el beneficio de la duda, pero a cierta distancia.

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