/ jueves 30 de mayo de 2024

¿Qué liderazgos necesitamos?

Por Mitzi Pineda

Global Witness (GW) es una red global de socios y aliados integrada por asociaciones de defensores de la tierra y del medio ambiente. De acuerdo con su página, su manera de trabajar es “encontrar los hechos, exponer la historia, cambiar el sistema”. Algunas de sus campañas activas son la protección forestal, la responsabilidad corporativa, los combustibles fósiles, los defensores de la tierra y el medio ambiente, y los minerales de transición.

En días recientes, Global Witness publicó una entrada titulada “Defensores de la biodiversidad y los bosques: los desafíos de la COP16”. Su informe pone el dedo en la llaga: no solo está en riesgo el delicado equilibrio de los ecosistemas y la sostenibilidad en la explotación de los recursos naturales, sino también la seguridad de los activistas.

¿Por qué prestarles atención? Los gobiernos, no solo el mexicano, han tratado la lucha de los activistas como una inconformidad que acallar, en lugar de fortalecerlos y protegerlos, mucho menos empujarlos a ocupar espacios de decisión. Esta postura patrimonialista de las causas ignora su valor y legitimidad social en la protección de lo público.

Según cifras de GW, solo el año pasado, “177 defensores de la tierra y el medio ambiente en todo el mundo fueron asesinados por su trabajo protegiendo el planeta”: un defensor cada dos días.

La pérdida de un defensor es doble; porque pierde su vida y la dedicada a la defensa de lo colectivo. Por la gran cantidad de intereses y dinero involucrados, concentrados en entes abstractos como gobiernos o empresas, esta labor solo puede ser ejercida por auténticos liderazgos, aquellos que no esperan el consentimiento para tomar acción.

Ante la evidente urgencia climática de la que todos somos partícipes y la poca cabida que los partidos políticos dan a este tipo de liderazgos detonará una crisis de legitimidad. No tardará en llegar una profunda exigencia de acciones contundentes, pero esas no estarán a cargo de activistas de ocasión, solo de auténticos defensores.

La crisis de homicidios a activistas está documentada por el sitio web de GW, que invito a todos a visitar. Permite revisar las causas, ubicaciones y las industrias relacionadas. Entre 2012 y 2022, 1910 actividas fueron asesinados.

De manera aleatoria enuncio el nombre y apellido de un par de los 1,910 puntos, como queriendo hacer justicia a su vida:

Julián González Dominguez, México, 2015. El 10 de febrero de 2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó su asesinato como líder del pueblo indígena Triqui. Julián ya era beneficiario de medidas cauteleras otorgadas por la Comisión (197/10) desde 2010. Defendía la autonomía de las tierras de la comunidad de La Brama Paraje Pérez, parte del movimiento autónomo en San Juan Copala, Oaxaca. Antes de ser asesinado degranaba mazorcas en su domicilio.

Lito Casalla, Filipinas, 2017. El 3 de junio en Calagatan, Batangas Filipinas Lito fue asesinado por atacantes desconocidos. Lito pertenecía a un grupo de activistas contra el acaparamiento de tierras de San Miguel Corp. San Miguel es uno de los conglomerados más importantes de Filipinas con gran diversificación. Además de alimentos y bebidas; participa en la industria del cemento, infraestructura, generación de energía, refinamiento de petróleo y propiedades.

Yermi Chocué Camayo, Colombia, 2022. Era lideresa y tesorera del cabildo indígena de Chimborazo en el Cauca. Esta localidad ha sido amenazada por grupos armados y desde hace años han vivido en continuo desplazamiento de sus propias tierras; una breve investigación de medios locales muestra que se debe a la división de la comunidad sobre la resistencia a la plantación de cultivos ilícitos.

La estadística de GW es un llamado de atención a los gobiernos sobre el tipo de líderes que están dejando fuera. Es y debe ser un compromiso mundial. El contexto lo exige: ellos son quienes deben estar en el relevo de la política, el periodismo, la industria, la ciencia y la educación.

Pero, sin duda, el liderazgo que necesitamos es uno con vida.

Consulta más información:

https://www.globalwitness.org/en/campaigns/environmental-activists/numbers-lethal-attacks-against-defenders-2012/



*Mitzi Pineda es asociada del Programa Jóvenes Comexi, maestra en administración y políticas públicas por el CIDE y activista.

X: @mitpinac

Por Mitzi Pineda

Global Witness (GW) es una red global de socios y aliados integrada por asociaciones de defensores de la tierra y del medio ambiente. De acuerdo con su página, su manera de trabajar es “encontrar los hechos, exponer la historia, cambiar el sistema”. Algunas de sus campañas activas son la protección forestal, la responsabilidad corporativa, los combustibles fósiles, los defensores de la tierra y el medio ambiente, y los minerales de transición.

En días recientes, Global Witness publicó una entrada titulada “Defensores de la biodiversidad y los bosques: los desafíos de la COP16”. Su informe pone el dedo en la llaga: no solo está en riesgo el delicado equilibrio de los ecosistemas y la sostenibilidad en la explotación de los recursos naturales, sino también la seguridad de los activistas.

¿Por qué prestarles atención? Los gobiernos, no solo el mexicano, han tratado la lucha de los activistas como una inconformidad que acallar, en lugar de fortalecerlos y protegerlos, mucho menos empujarlos a ocupar espacios de decisión. Esta postura patrimonialista de las causas ignora su valor y legitimidad social en la protección de lo público.

Según cifras de GW, solo el año pasado, “177 defensores de la tierra y el medio ambiente en todo el mundo fueron asesinados por su trabajo protegiendo el planeta”: un defensor cada dos días.

La pérdida de un defensor es doble; porque pierde su vida y la dedicada a la defensa de lo colectivo. Por la gran cantidad de intereses y dinero involucrados, concentrados en entes abstractos como gobiernos o empresas, esta labor solo puede ser ejercida por auténticos liderazgos, aquellos que no esperan el consentimiento para tomar acción.

Ante la evidente urgencia climática de la que todos somos partícipes y la poca cabida que los partidos políticos dan a este tipo de liderazgos detonará una crisis de legitimidad. No tardará en llegar una profunda exigencia de acciones contundentes, pero esas no estarán a cargo de activistas de ocasión, solo de auténticos defensores.

La crisis de homicidios a activistas está documentada por el sitio web de GW, que invito a todos a visitar. Permite revisar las causas, ubicaciones y las industrias relacionadas. Entre 2012 y 2022, 1910 actividas fueron asesinados.

De manera aleatoria enuncio el nombre y apellido de un par de los 1,910 puntos, como queriendo hacer justicia a su vida:

Julián González Dominguez, México, 2015. El 10 de febrero de 2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó su asesinato como líder del pueblo indígena Triqui. Julián ya era beneficiario de medidas cauteleras otorgadas por la Comisión (197/10) desde 2010. Defendía la autonomía de las tierras de la comunidad de La Brama Paraje Pérez, parte del movimiento autónomo en San Juan Copala, Oaxaca. Antes de ser asesinado degranaba mazorcas en su domicilio.

Lito Casalla, Filipinas, 2017. El 3 de junio en Calagatan, Batangas Filipinas Lito fue asesinado por atacantes desconocidos. Lito pertenecía a un grupo de activistas contra el acaparamiento de tierras de San Miguel Corp. San Miguel es uno de los conglomerados más importantes de Filipinas con gran diversificación. Además de alimentos y bebidas; participa en la industria del cemento, infraestructura, generación de energía, refinamiento de petróleo y propiedades.

Yermi Chocué Camayo, Colombia, 2022. Era lideresa y tesorera del cabildo indígena de Chimborazo en el Cauca. Esta localidad ha sido amenazada por grupos armados y desde hace años han vivido en continuo desplazamiento de sus propias tierras; una breve investigación de medios locales muestra que se debe a la división de la comunidad sobre la resistencia a la plantación de cultivos ilícitos.

La estadística de GW es un llamado de atención a los gobiernos sobre el tipo de líderes que están dejando fuera. Es y debe ser un compromiso mundial. El contexto lo exige: ellos son quienes deben estar en el relevo de la política, el periodismo, la industria, la ciencia y la educación.

Pero, sin duda, el liderazgo que necesitamos es uno con vida.

Consulta más información:

https://www.globalwitness.org/en/campaigns/environmental-activists/numbers-lethal-attacks-against-defenders-2012/



*Mitzi Pineda es asociada del Programa Jóvenes Comexi, maestra en administración y políticas públicas por el CIDE y activista.

X: @mitpinac