/ martes 8 de agosto de 2023

Ser Presidente del país, el sueño político del narco

El sueño político de un líder del narcotráfico es ser Presidente de un país. Ese era el anhelo de Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel de Medellín, y todo estaba planeado, me explicó su hermano Roberto Escobar en una entrevista en Colombia.

Pablo Escobar “decía que acabar con la pobreza era muy difícil, pero acabar con la miseria era fácil. Él quería trabajar, ganar dinero y el dinero repartirlo a los pobres y con esos votos llegar a ser presidente de Colombia. Ese era su anhelo y él iba para allá”, relató Roberto Escobar.

La primera fase de Pablo Escobar estaba cubierta con los apoyos que en especie y en dinero entregaba el Cartel de Medellín a la gente. La segunda llegó en 1982 con su candidatura para ser congresista nacional de Colombia por el Partido Liberal Colombiano y ganó.

“Cuando él empezó a llegar a la política y a coger votos, cuando fue congresista, empezaron las presiones. Vino la presión política, vino la persecución contra él, contra mi madre, contra mi padre, contra mis hermanos, y contra todos los que lleváramos los apellidos Escobar Gaviria”, recordó Roberto Escobar.

La tercera fase rumbo a la Presidencia de Colombia se terminó para Pablo Escobar Gaviria con las revelaciones del periódico “El Espectador” sobre sus actividades ilegales, y con el proceso que en su contra abrió el Ministerio de Justicia de Colombia.

Oficialmente Pablo Escobar Gaviria fue congresista nacional de Colombia del 20 de Julio de 1982 hasta el 26 de Octubre de 1983, y al ver terminada su carrera política rumbo a la presidencia mandó asesinar al Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, y ejecutar un atentado contra el periódico “El Espectador”.

La narcopolítica que inauguró Pablo Escobar Gaviria, como líder del Cartel de Medellín y legislador nacional electo con el voto popular de los colombianos, no terminó con su salida del Congreso.

A partir de ese momento comenzó a financiar las campañas de políticos en Colombia, Perú y Panamá, entre ellos el expresidente peruano Alberto Fujimori y el expresidente panameño Manuel Antonio Noriega, expresó Roberto Escobar.

“La plata que trae el narcotraficante, algunos políticos la sacan y se la llevan. Entra por una ventana y sale por la otra”, agregó.

El modelo de narcopolítica de Pablo Escobar Gaviria se replicó en otros países. Los carteles del narcotráfico de Colombia fueron desplazados por las organizaciones criminales mexicanas, que adoptaron la narcopolítica financiando campañas.

La entrevista a Roberto Escobar Gaviria la hice en Medellín a principios de la década del 2000s. Hoy me quedan varias preguntas: ¿Cuántos narcotraficantes tienen el sueño de entrar a la política y ser presidentes de México?. ¿Qué tan lejos estamos de que los narcos postulen directamente a un familiar, con sus derechos políticos y civiles activos, para cumplir su sueño de un narcoestado controlado por ellos?.

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El sueño político de un líder del narcotráfico es ser Presidente de un país. Ese era el anhelo de Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel de Medellín, y todo estaba planeado, me explicó su hermano Roberto Escobar en una entrevista en Colombia.

Pablo Escobar “decía que acabar con la pobreza era muy difícil, pero acabar con la miseria era fácil. Él quería trabajar, ganar dinero y el dinero repartirlo a los pobres y con esos votos llegar a ser presidente de Colombia. Ese era su anhelo y él iba para allá”, relató Roberto Escobar.

La primera fase de Pablo Escobar estaba cubierta con los apoyos que en especie y en dinero entregaba el Cartel de Medellín a la gente. La segunda llegó en 1982 con su candidatura para ser congresista nacional de Colombia por el Partido Liberal Colombiano y ganó.

“Cuando él empezó a llegar a la política y a coger votos, cuando fue congresista, empezaron las presiones. Vino la presión política, vino la persecución contra él, contra mi madre, contra mi padre, contra mis hermanos, y contra todos los que lleváramos los apellidos Escobar Gaviria”, recordó Roberto Escobar.

La tercera fase rumbo a la Presidencia de Colombia se terminó para Pablo Escobar Gaviria con las revelaciones del periódico “El Espectador” sobre sus actividades ilegales, y con el proceso que en su contra abrió el Ministerio de Justicia de Colombia.

Oficialmente Pablo Escobar Gaviria fue congresista nacional de Colombia del 20 de Julio de 1982 hasta el 26 de Octubre de 1983, y al ver terminada su carrera política rumbo a la presidencia mandó asesinar al Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, y ejecutar un atentado contra el periódico “El Espectador”.

La narcopolítica que inauguró Pablo Escobar Gaviria, como líder del Cartel de Medellín y legislador nacional electo con el voto popular de los colombianos, no terminó con su salida del Congreso.

A partir de ese momento comenzó a financiar las campañas de políticos en Colombia, Perú y Panamá, entre ellos el expresidente peruano Alberto Fujimori y el expresidente panameño Manuel Antonio Noriega, expresó Roberto Escobar.

“La plata que trae el narcotraficante, algunos políticos la sacan y se la llevan. Entra por una ventana y sale por la otra”, agregó.

El modelo de narcopolítica de Pablo Escobar Gaviria se replicó en otros países. Los carteles del narcotráfico de Colombia fueron desplazados por las organizaciones criminales mexicanas, que adoptaron la narcopolítica financiando campañas.

La entrevista a Roberto Escobar Gaviria la hice en Medellín a principios de la década del 2000s. Hoy me quedan varias preguntas: ¿Cuántos narcotraficantes tienen el sueño de entrar a la política y ser presidentes de México?. ¿Qué tan lejos estamos de que los narcos postulen directamente a un familiar, con sus derechos políticos y civiles activos, para cumplir su sueño de un narcoestado controlado por ellos?.

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