El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) tiene una tasa de supervivencia mayor a la nacional en cáncer infantil, informó Farina Arreguín González, jefa de Servicios de Oncología Pediátrica, del Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre.
Precisó que en países desarrollados, entre 80 y 90 por ciento de los casos de cáncer en menores de edad son curables, mientras que en los que están en vías de desarrollo la tasa es menor.
En México la sobrevida global a cinco años de los niños con esta enfermedad es de 50 por ciento y en el ISSSTE la tasa es de 64 por ciento, ya que impulsan una estrategia para aumentar la detección temprana y la referencia rápida de los pacientes.
En un comunicado, el Instituto destacó que se registran anualmente alrededor de 15 mil nuevos casos de diferentes tipos de cáncer, y que los más frecuentes son leucemias agudas, tumores del sistema nervioso central y linfomas.
En el marco del Día Internacional contra el Cáncer Infantil, que se conmemora el 15 de febrero, Arreguín González subrayó que nueve de cada 10 pacientes (de cero a 18 años) con cáncer, pueden curarse con detección temprana y tratamiento exitoso.
De ahí la importancia de sensibilizar a la población para prevenir esta enfermedad que es de alto impacto, lo cual puede lograrse sumando esfuerzos entre sociedad, maestros e instituciones de salud.
Los signos y síntomas que pudieran hacer suponer el desarrollo de un cáncer son: fiebre de más de 38 grados persistente durante los tratamientos, cansancio, apatía, tristeza y desgano de manera significativa, pérdida de peso en seis meses, sangrados en nariz o cualquier parte del cuerpo.
Otros síntomas son aparición de moretones no explicables por algún golpe y presencia de puntitos rojos en la piel, los cuales pueden ser datos de sangrado e indicio de que la médula ósea se encuentre ocupada por células malignas.
Entre las manifestaciones de un tumor cerebral, se mencionaron dolor de cabeza persistente (generalmente en las mañanas que puede ir acompañar de vómito), así como alteración neurológica evidente como que el niño se vaya de lado o camine como “borrachito”.