Aunque la compra-venta de automóviles usados es una práctica común en México, no todos saben que esta operación se tiene que declarar ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) o de lo contrario se puede aplicar una multa.
Adquirir un automóvil suele ser un objetivo para muchas personas, pero no siempre se cuenta con las posibilidades para hacerlo a través de una concesionaria, por lo que se compra un vehículo usado.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre cuando se compra un automóvil nuevo —cuando la concesionaria se encarga de la retención de impuestos—, al vender un vehículo usado se debe declarar el ingreso que se obtiene por esta transacción ante las autoridades tributarias.
A pesar de lo anterior, no todas las ventas serán objeto de gravamen; es decir, no siempre se pagarán impuestos al fisco.
De acuerdo con la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), se debe pagar impuestos por la venta de un bien mueble cuando por la venta se genere una ganancia superior a tres Unidades de Medida y Actualización (UMA) anualizada.
Para generar una ganancia, el monto obtenido por la venta debe exceder el costo comprobado de la adquisición, y para que esta sea gravable con ISR debe ser mayor a 105 mil 303.24 pesos. Si se da este caso, se aplicará el impuesto sobre la cantidad excedente.
Por otro lado, en caso de que no haya una ganancia por la venta o que ésta no supere el monto mencionado, la persona que venda el vehículo sólo debe notificar al SAT sobre el movimiento en su declaración anual, a fin de justificar el ingreso.
Para el vendedor, omitir la notificación al fisco podría acarrear una multa desde los mil 400 hasta los 17 mil 370 pesos, de acuerdo con lo señalado en el Código Fiscal de la Federación. En el caso de las personas que adquieres un auto seminuevo no se tiene que reportar ante ninguna autoridad fiscal.
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