MATAMOROS. La zona donde fueron localizados los cuatro estadounidenses secuestrados, dos de ellos sin vida, es un lugar donde grupos criminales tienen sus dominios.
De la zona centro de Matamoros a playa Bagdad hay casi 38 kilómetros de una carretera prácticamente recta que lleva a la costa del Golfo de México y que cuenta con varias brechas donde las autoridades han localizado casas de seguridad.
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Para tomar esta ruta hay que salir por la Ciudad Industrial y enfilar rumbo al este, por una zona donde hay albercas, quintas, una pista de go karts y después varios kilómetros de zona rural en una ruta que en varios kilómetros corre cercana a la frontera con Texas.
En este espacio, en agosto del 2021, se reveló la existencia de La Bartolina, un campo de exterminio en el que, desde entonces, según la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), se han encontrado más de media tonelada de restos humanos que fueron desaparecidos, quemados y enterrados por grupos criminales.
Incluso, para poder ingresar por primera ocasión Delia Quiroa Valdez, quien encabeza el Colectivo 10 de Marzo, pidió en un video en sus redes sociales permiso a los grupos criminales para ingresar a ese predio. Nunca hubo una respuesta tácita, pero esto generó que atrajera la atención de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Desde entonces, colectivos de buscadoras realizan constantes expediciones para seguir las exploraciones del terreno, en el que se cree hay todavía varias fosas clandestinas sin localizar. Siempre bajo vigilancia de cuerpos de seguridad, ya que el crimen organizado incluso ha amedrentado a representantes de la Fiscalía General de la República (FGR).
Todos en Matamoros saben que ese es un territorio dominado por el Cártel del Golfo, donde si bien es cierto hay patrullaje de corporaciones estatales y federales sobre la carretera, los integrantes de los grupos criminales hacen de las suyas en las brechas.
Justo en esa zona se desplazó el operativo de búsqueda de los estadounidenses secuestrados el pasado 3 de marzo en el centro de Matamoros.
El operativo implementado para encontrarlos recorrió ejidos como Longoreño, El Ranchito, Refugio, Pájaros Azules, El Parral, El Mezquitito y Playa Bagdad, sitios donde se conoce de la existencia de fincas o propiedades usadas para ocultar sus actividades delictivas.
En ese tramo, a la altura del ejido El Longoreño, se localiza la entrada a la brecha que lleva a la zona de La Lagunona, en el ejido El Tecolote, donde el pasado martes fueron localizados los estadounidenses secuestrados, dos de ellos muertos.
Los secuestrados estaban en una casa de seguridad de unos dos metros cuadrados, construida de madera sobre una base de concreto en un terreno rodeado de potreros, mezquites y arbustos.
“Como esta propiedad hay muchas donde los delincuentes llegan y las usan sin permiso de sus dueños, a muchos de los que amenazan y prefieren retirarse”, dijo uno de los residentes del ejido El Longoreño.
El acceso a la zona es ágil por carretera, un poco complicando para los vehículos compactos en las brechas, no así para las camionetas pick up 4 por 4 generalmente empleadas por los integrantes de las bandas criminales.
“El grupo delictivo que se tiene conocimiento que opera ahí -en Matamoroses el Cártel del Golfo”, reconoció el fiscal Irving Barrios Mojica el martes pasado en rueda de prensa.
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El traslado de las unidades con personas armadas, que aquí son conocidos como La Maña o La Gente, es visto ya de manera normal por los ciudadanos.
“Todos lo vemos, pero no se dice nada por miedo o porque ya lo ven normal; han sido muchos años que eso ha pasado”, refirió uno de los lugareños.
