“Estoy conociendo por redes sociales la versión del presunto arresto de Genaro García Luna. Desconozco detalles y estoy pendiente de la información que confirme el hecho, como de los cargos que, en su caso, se le imputen. Mi postura será siempre en favor de la justicia y la ley”, escribió ayer en Twitter el expresidente de México, FELIPE CALDERÓN. ¿Podrá deslindarse?, es pregunta. ¿Será el primer exmandatario mexicano atrapado por EU y juzgado por narcotráfico?, es otra pregunta. Y hay más.
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Dicen los que saben que con todo el escándalo y detención de Genaro García Luna, prácticamente fue anulado el discurso opositor de Felipe Calderón y, no sólo eso, claramente los columnistas estrictamente cercanos al acusado de aceptar millones del narcotráfico en Estados Unidos, andan con la cola entre las patas, por no decir, temerosos de que los pagos que les hacían desde gobierno por respaldarlo, lleguen a salir a la luz y manchen un poquito más su autoestima. Por lo pronto, nos cuentan que en Palacio Nacional se anotaron otro home run y que andan enrachados y felices, felices, felices.
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Que en el histórico convenio de seguridad que firmaron el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, el fiscal de la entidad, Carlos Zamarripa, y el rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero, influyó en gran medida el aparente involucramiento de la ciudadanía guanajuatense, que a través de numerosas misivas, alzó la voz para exigir la resolución del conflicto que mantuvo en paro por una semana a la institución académica.
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Que lo que pocos sabían del caso es que la mayoría de esas cartas, firmadas por supuestos exalumnos, en realidad fueron enviadas desde el despacho del director de Infraestructura de la universidad, Eloy Juárez Sandoval, quien, sin bien logró el cometido de disipar la huelga estudiantil, ahora lo coloca en la mira de los inconformes que exigen su destitución por haber falsificado documentos. ¿Falsificó documentos?
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Nos cuentan que entre los gobernadores y exgobernadores que impulsaron a Alejandro Moreno rumbo a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) comenzó a surgir un sentimiento de arrepentimiento por la promoción que hicieron del exmandatario campechano.
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La razón, dicen, es que se esperaba que el conocido Alito tendiera puentes con el morenismo para cuidar los intereses —por no decir prerrogativas y próximas candidaturas— del ya de por sí disminuido organismo tricolor, pero que, a la vez, velara por incrementar las estructuras del partido y respetara los acuerdos de las dirigencias estatales, y eso, aseguran, no se ha cumplido. ¿Solamente eso?
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Nos recuerdan que este año que se agota, estuvo marcado por diferentes coyunturas en las que se requirió llegar a grandes acuerdos entre el Gobierno Federal y el sector empresarial. Uno de los ejemplos más emblemáticos fue la negociación que se llevó a cabo entre la CFE, que encabeza Manuel Bartlett, y las empresas transportadoras de gas natural.
