/ lunes 13 de noviembre de 2017

APEC y su potencial

La relación que inició México hace ya cinco siglos con Asia a través de la Nao de China, aquel Galeón que transportaba mercancías del puerto de Acapulco a Manila, es en la actualidad una de las más prometedoras e importantes, cuando se habla de comercio internacional. La recién clausurada Cumbre de APEC, con sede en el extraordinario Vietnam, vio desfilar a más de 21 Jefes de Estado, mismos que han dejado en claro el carácter estratégico de la región, espacio que para México continua siendo un reto a más de dos décadas de permanencia en esta alianza.

El potencial de APEC para nuestro país, es desde mi punto de vista, el más significativo en términos de comercio internacional si se le hacen justicia a las cifras. Desde nuestra adhesión en 1993, en este espacio, se encuentran 7 de nuestros principales socios económicos con los que realizamos cerca del 86.3% de los intercambios internacionales, mientras que 9 de cada 10 exportaciones mexicanas terminan en alguno de estos países. La inversión directa derivada de estos socios, representa 57.8% de lo que México recibe. Las 21 economías, constituyen el 59% del PIB global, y 38% del comercio mundial, hablamos de un mercado de poco más de 2 mil 850 millones de personas.

Pareciera que como sucede en otros acuerdos comerciales, existen integraciones que se están dando a distintas velocidades. Chile –en contraste con México- ha entendido esta dinámica, y ha aprovechado la ocasión para refrendar tratados de libre comercio con Vietnam y China, actores cruciales en la región que destacan por décadas de crecimientos sostenidos que rondan en el 5-6% de su PIB. Se dice, que el país sudamericano, será el artífice de reavivar un Acuerdo Transpacífico sin la participación de EUA, es decir, el conocido TPP11.

La confluencia de personalidades como Trudeau, Xin Jinping, Shinzo Abe, Putin, Bachelet o incluso Trump, ha dado un carácter crucial a esta Cumbre. La reunión entre el magnate, y su supuesto padrino de campaña ruso, han acaparado los reflectores, sobre todo cuando éstos, se mostraron cercanos e incluso delimitaron las líneas a seguir frente a una Siria en la que ambos tienen intereses geopolíticos.

Desde APEC, Trump regresó a su pobre retórica sobre los constantes déficit de EUA, una que se lee en dos sentidos. Primero, como justificación ante la comunidad internacional por sus actitudes con México, y segundo como pretexto para contener el terrible silencio que han tenido con Asia, después de haber declinado a uno de los acuerdos estratégicos más importantes del siglo, como lo era el TPP.

La Cumbre ha dejado un episodio que pasará a la historia no solo por lo paradójico que ha resultado, sino por las implicaciones que esto debería tener para México y el resto del mundo en la lectura de dónde están las oportunidades de negocios. Xin Jinping posicionando a la China comunista, como uno de los actores más comprometidos con el libre comercio y la globalización; y un Estados Unidos,  en voz de Trump, abiertamente conservador, renuente a los acuerdos horizontales, y que se ha dicho entre otros disparates, “embaucado”, por cualquier país con el que tengan balanza deficitaria.

México ha desperdiciado otra gran oportunidad. La política exterior de Videgaray-Peña atendió la reunión sin objetivos claros, sin líneas para promover la productividad o incentivar el comercio estratégico. Nuestro país debe con un nuevo gobierno (en éste ya está por demás), tener como prioridad la diversificación económica en Asia, y con ello promover un futuro más alentador para el futuro cercano.

Diputada por Movimiento Ciudadano

La relación que inició México hace ya cinco siglos con Asia a través de la Nao de China, aquel Galeón que transportaba mercancías del puerto de Acapulco a Manila, es en la actualidad una de las más prometedoras e importantes, cuando se habla de comercio internacional. La recién clausurada Cumbre de APEC, con sede en el extraordinario Vietnam, vio desfilar a más de 21 Jefes de Estado, mismos que han dejado en claro el carácter estratégico de la región, espacio que para México continua siendo un reto a más de dos décadas de permanencia en esta alianza.

El potencial de APEC para nuestro país, es desde mi punto de vista, el más significativo en términos de comercio internacional si se le hacen justicia a las cifras. Desde nuestra adhesión en 1993, en este espacio, se encuentran 7 de nuestros principales socios económicos con los que realizamos cerca del 86.3% de los intercambios internacionales, mientras que 9 de cada 10 exportaciones mexicanas terminan en alguno de estos países. La inversión directa derivada de estos socios, representa 57.8% de lo que México recibe. Las 21 economías, constituyen el 59% del PIB global, y 38% del comercio mundial, hablamos de un mercado de poco más de 2 mil 850 millones de personas.

Pareciera que como sucede en otros acuerdos comerciales, existen integraciones que se están dando a distintas velocidades. Chile –en contraste con México- ha entendido esta dinámica, y ha aprovechado la ocasión para refrendar tratados de libre comercio con Vietnam y China, actores cruciales en la región que destacan por décadas de crecimientos sostenidos que rondan en el 5-6% de su PIB. Se dice, que el país sudamericano, será el artífice de reavivar un Acuerdo Transpacífico sin la participación de EUA, es decir, el conocido TPP11.

La confluencia de personalidades como Trudeau, Xin Jinping, Shinzo Abe, Putin, Bachelet o incluso Trump, ha dado un carácter crucial a esta Cumbre. La reunión entre el magnate, y su supuesto padrino de campaña ruso, han acaparado los reflectores, sobre todo cuando éstos, se mostraron cercanos e incluso delimitaron las líneas a seguir frente a una Siria en la que ambos tienen intereses geopolíticos.

Desde APEC, Trump regresó a su pobre retórica sobre los constantes déficit de EUA, una que se lee en dos sentidos. Primero, como justificación ante la comunidad internacional por sus actitudes con México, y segundo como pretexto para contener el terrible silencio que han tenido con Asia, después de haber declinado a uno de los acuerdos estratégicos más importantes del siglo, como lo era el TPP.

La Cumbre ha dejado un episodio que pasará a la historia no solo por lo paradójico que ha resultado, sino por las implicaciones que esto debería tener para México y el resto del mundo en la lectura de dónde están las oportunidades de negocios. Xin Jinping posicionando a la China comunista, como uno de los actores más comprometidos con el libre comercio y la globalización; y un Estados Unidos,  en voz de Trump, abiertamente conservador, renuente a los acuerdos horizontales, y que se ha dicho entre otros disparates, “embaucado”, por cualquier país con el que tengan balanza deficitaria.

México ha desperdiciado otra gran oportunidad. La política exterior de Videgaray-Peña atendió la reunión sin objetivos claros, sin líneas para promover la productividad o incentivar el comercio estratégico. Nuestro país debe con un nuevo gobierno (en éste ya está por demás), tener como prioridad la diversificación económica en Asia, y con ello promover un futuro más alentador para el futuro cercano.

Diputada por Movimiento Ciudadano