/ lunes 10 de febrero de 2020

Autonomía del INE

Durante este año se renovarán cuatro de los 11 consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE). Será uno de los procesos más importantes y más trascendentes del sexenio ya que desde la renovación sabremos si el “árbitro electoral” seguirá siendo un árbitro imparcial, autónomo, objetivo e independiente o si de la misma manera que renovaron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos o la Comisión Reguladora de Energía, van a intentar politizar y parcializar el Instituto Nacional Electoral.


Los consejeros que terminan su gestión son Pamela San Martín, Marco Antonio Baños, Enrique Andrade y Benito Nacif, y es justo reconocer que llevaron a cabo su función de la mejor manera posible y que sustituirlos será el mayor reto que se ha enfrentado en el sexenio.


El procedimiento se lleva a cabo en la Cámara de Diputados, se necesitan dos tercios de la votación y se tiene que constituir un comité técnico que evaluará a cada uno de los candidatos. Dicho órgano está conformado por siete personas que son propuestas por la Cámara de Diputados (tres), por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (dos) y por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Datos Personales (dos).


Mario Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, ofreció un proceso transparente e imparcial en la sustitución de los consejeros y en Acción Nacional vamos a poner todo lo que sea necesario para que esto sea una realidad, pero también es importante dejar en claro que ante cualquier intento de romper las condiciones de autonomía del INE vamos a oponernos tajantemente.


Las reglas son muy claras y no puede haber candidatos que pertenezcan a ningún partido o que hayan colaborado en alguno en los últimos cuatro años. La mejor forma de hacerlo sería por el método de Parlamento Abierto para que el proceso completo sea público y transparente, garantizando que las cuatro quintetas que presente el Comité sean paritarias y con perfiles impecables. No se puede repetir la ilegalidad que en el Senado perpetraron al imponer a una Consejera de Morena frente a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y tampoco vamos a permitir que se repita la arbitrariedad de poner a personas que no cumplen con los requisitos técnicos indispensables para el cargo, como hicieron con la Comisión Reguladora de Energía.


El INE desde su fundación como IFE ha sido un órgano ciudadano, técnico, académico y con autoridad moral para organizar y calificar las elecciones. Fue la respuesta institucional a décadas de fraudes electorales y abusos desde el poder, y es el único garante de que México siga siendo una democracia.


En este ámbito no hay espacio para errores o ambigüedades, las sombras del autoritarismo y de la búsqueda de eliminar contrapesos han estado presentes desde que inició el sexenio y sólo preservando la autonomía del árbitro se puede garantizar el sistema democrático por el que tantas generaciones de mexicanos se jugaron la vida desde mediados del siglo pasado.


@JCRomeroHicks

Durante este año se renovarán cuatro de los 11 consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE). Será uno de los procesos más importantes y más trascendentes del sexenio ya que desde la renovación sabremos si el “árbitro electoral” seguirá siendo un árbitro imparcial, autónomo, objetivo e independiente o si de la misma manera que renovaron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos o la Comisión Reguladora de Energía, van a intentar politizar y parcializar el Instituto Nacional Electoral.


Los consejeros que terminan su gestión son Pamela San Martín, Marco Antonio Baños, Enrique Andrade y Benito Nacif, y es justo reconocer que llevaron a cabo su función de la mejor manera posible y que sustituirlos será el mayor reto que se ha enfrentado en el sexenio.


El procedimiento se lleva a cabo en la Cámara de Diputados, se necesitan dos tercios de la votación y se tiene que constituir un comité técnico que evaluará a cada uno de los candidatos. Dicho órgano está conformado por siete personas que son propuestas por la Cámara de Diputados (tres), por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (dos) y por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Datos Personales (dos).


Mario Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, ofreció un proceso transparente e imparcial en la sustitución de los consejeros y en Acción Nacional vamos a poner todo lo que sea necesario para que esto sea una realidad, pero también es importante dejar en claro que ante cualquier intento de romper las condiciones de autonomía del INE vamos a oponernos tajantemente.


Las reglas son muy claras y no puede haber candidatos que pertenezcan a ningún partido o que hayan colaborado en alguno en los últimos cuatro años. La mejor forma de hacerlo sería por el método de Parlamento Abierto para que el proceso completo sea público y transparente, garantizando que las cuatro quintetas que presente el Comité sean paritarias y con perfiles impecables. No se puede repetir la ilegalidad que en el Senado perpetraron al imponer a una Consejera de Morena frente a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y tampoco vamos a permitir que se repita la arbitrariedad de poner a personas que no cumplen con los requisitos técnicos indispensables para el cargo, como hicieron con la Comisión Reguladora de Energía.


El INE desde su fundación como IFE ha sido un órgano ciudadano, técnico, académico y con autoridad moral para organizar y calificar las elecciones. Fue la respuesta institucional a décadas de fraudes electorales y abusos desde el poder, y es el único garante de que México siga siendo una democracia.


En este ámbito no hay espacio para errores o ambigüedades, las sombras del autoritarismo y de la búsqueda de eliminar contrapesos han estado presentes desde que inició el sexenio y sólo preservando la autonomía del árbitro se puede garantizar el sistema democrático por el que tantas generaciones de mexicanos se jugaron la vida desde mediados del siglo pasado.


@JCRomeroHicks